miércoles, 2 de marzo de 2011

Capítulo 10. De las gestas de Dániel ¿el Breve?

Todo rey que se precie y más si eres rey de Carloszree, heredero del legado de Gregorio I, debe dejar su impronta para las futuras generaciones y a ser posible hacer olvidar que algún día hubo ningún rey antes, ni ninguno que merezca ser recordado después. Dániel sería el hito (el “milestone”) del Reino. Algún día las generaciones posteriores recordarían su periodo como el más decisivo, importante, trascendental,… de toda la historia imperecedera del reino. Su nombre quedaría troquelado forever en el mismo escudo del reino cambiando el famoso lema de “homo sapiens, sapiens es” por “Dániel Primero, el mejor del mundo entero”.
La imposición de la moda boloñesa le trajo cierta gloria a Dániel, ya que gracias a la misma había logrado atraer al Reino a algunos buenos estudiantes y eso había puesto a Carloszree de moda entre otros reinos que miraron con recelo la arriesgada apuesta de Dániel. Pero en el reino la imposición de la moda boloñesa no había producido ningún bienestar al pueblo, que cargó sobre sus espaldas todo el peso del cambio de forma disciplinada y sin contraprestaciones aparentes. Dániel, ayudado por Walthari se encargó de obligar a todos a adoptar dicha moda, interpretando que todos debían llevar el mismo uniforme, consistente en bombachos, faltriquera y gabán corto. A unos les sentaba mál el gabán, a otros la faltriquera y a los más los bombachos. Lo que parecía una buena idea, que era adelantarnos a otros reinos en el desarrollo de dicha moda, se convirtió en una pesadilla para todos los habitantes de Carloszree. No, Bolonia no iba  a hacer pasar a la Historia a Dániel. Todo lo contrario, a lo mejor era el principal motivo para convertirle en Dániel el Breve.
Una manera de ganarse al populacho era establecer un método de incentivos que convirtiera en estómagos agradecidos a todos aquellos que percibieran un pecunio extra a la exigua paga que recibían los servidores del Reino. Junto a Despuntado, Dániel estableció un sistema de premios a todos aquellos que contribuyeran de forma excelsa en la conversión de Carloszree en un paraíso de la calidad y la excelencia.  “¿Cómo lo hacemos Señor?” preguntó Despuntado. “Está claro, al estilo de los Hombres Puros, por Hirsch”. E impusieron un sistema de evaluación de méritos  a la medida de los Hombres Puros. Y por cada ciudadano premiado, había dos jorobados y envidiosos, por lo que la medida, entre que a unos no les gustó como se le evaluó y a otros se les humilló bien por el sistema, bien por el resultado, fue negativa para los intereses de Dániel. Otro motivo para convertirse en Dániel el Breve.
Había que hacer algo. Y entonces ocurrió que en el Imperio se convocó un concurso de Reinos de Excelencia en el Mundo Mundial, y Dániel puso a trabajar a todos sus esbirros para preparar la concurrencia a dicho concurso. Uno de sus ministros tuvo la ocurrencia de copiar la documentación presentada para tal fin por otros reinos triunfantes en otros imperios…  y la idea dio resultado.  Carloszree fue seleccionado como uno de los Reinos de Excelencia en el Mundo Mundial. Y Dániel fue feliz. Pasaría a la historia como el rey que trajo la excelencia a Carloszree, el único, el primero. Ya tenía algo que le revalidaba frente a Gregorio I. Pero el premio que al final obtuvo Carloszree por el galardón, significó mucho menos de lo esperado y  el pueblo, que no había participado en la justa ni había sido previamente consultado, no sintió como suyo el logro, por lo que de nuevo el éxito de Dániel se enturbió.
Dániel no sabía qué hacer para convencer a su pueblo que era el mejor, el salvador, el primero entre los  Hombres Puros, que a su vez eran los únicos seres con capacidad para vivir con dignidad y orgullo. Y pensó que la mejor manera era demostrar a su pueblo que él, el gran Dániel, era un gran Rey. ¡Qué digo Rey!, era más que un Rey. Un Faraón. Y todo Faraón debe tener su pirámide. Y después de un gran esfuerzo de negociaciones con la Bruja del reino de la Esperanza, consiguió su pirámide. Bueno, más que pirámide tenía aspecto de gran pórtico y había sido bautizado como el Campusfour. El reino se había ampliado. Ya no solo serían Geta, Lega y Colmenalejos. Ahora también estaba el Campusfour. El pueblo ya no podría negarle el privilegio de la gloria eterna. Pero Dániel no se dio cuenta de que las pirámides eran tumbas y que estaba muy cerca de poder convertirse en Dániel el Breve.
(CONTINUARÁ)

4 comentarios:

  1. En el penúltimo párrafo te has comido alguna letra. Aparte de eso... BRUTAL. Casi me ahogo de la risa con lo de "la Bruja del reino de la Esperanza".
    Y debo decir que por todas esas cosas Daniel pasará a la historia del reino de Carloszree... como Daniel el torpe, Daniel el ciego o Daniel el inconsciente. Y, también, como Daniel el breve (aunque no debería ser más breve que rectores que le sucedan).

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  2. Pardiez, que esta prosa épica es educativa a la vez que entretenida y jocosa!

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  3. Gracias por vuestros comentarios, espero que el final de la historia nos guste a todos :-)

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