sábado, 26 de marzo de 2011

Capítulo 28: El recuento y la victoria pírrica de Dániel

Durante el recuento, solo Dániel y Despuntado estaban tranquilos. Los ministros bárbaros habían vuelto a Lega a controlar allí la situación. Amanuense, por si acaso, siguió el recuento desde el castillo de los Hombres Puros. Murete estaba cerca de Dániel, muy cerca, hecho un ovillo de puro nervio. Daba un poco de pena y parecía un osito de peluche. A Chorches y Pilastra, en un momento del conteo donde parecía que Duplo se acercaba, se las llevó un carricoche del sistema público de curandería después de administrarles una tila en vena. También Walthari fue presa de los nervios y hubo unos instantes donde quedó traspuesta. Cuando el estado tensional le superaba entraba en un trance pseudiepiléptico que provocaba que en sus orbitas oculares solo se apreciara una mancha blanca. Y repetía en voz baja: “cronograma, cronograma, cronograma,…”. Estaba allí de pie, pero hacía rato que no sentía ni padecía. Cuando Despuntado se percataba de la situación le daba, bien una colleja, bien un pescozón que le devolvía a la realidad.

Escoming también andaba por allí, pero no entendía muy bien a qué obedecía todo ese circo. En un determinado momento le preguntó a Dániel: “¿esto es una especie de encuesta?”.
Cuando finalmente aparecieron los resultados de Lega, Dániel miró de forma cómplice a Despuntado, que asentía. “Tienes que ir aprendiendo, Despuntado. Dentro de cuatro años habrá que utilizar toda esta experiencia para que pueda perpetuarme a través tuyo”.

Muy cerca de allí, Duplo y sus seguidores, veían como todos sus esfuerzos se les iban yendo de las manos. Mucho más lejos, en Colmenalejos,  Poissons seguía el recuento desde su Palacio, rodeado de parte de sus apóstoles. Tenía preparada una caja de Cohartas que guardaba para una ocasión como esta y varias botellas de Zarzhú, un agua de fuego hecha de malta que era la bebida favorita de uno de sus apóstoles más cercanos, el siniestro Müller, y al ver que la situación era irreversible para sus intereses, decidió que de todas formas se fumaría un Cohartas. “Este Lucien la ha vuelto a cagar”, pensó, cuando todos a su alrededor pensaban que el que la había pifiado era él, en su desmedido afán de controlarlo todo.

Cuando solo quedaba por contar los apoyos de los estudiantes de Geta, ya se veía que pese a que el resultado iba a ser muy ajustado, la balanza caería del lado del Rey. Pero el recuento era lento y eso permitió que todos los ministros, viceministros, secuaces, aduladores y otros especímenes de distinto pelaje, empezaran a desfilar por allí, en mitad de un murmullo de entusiasmo. Por allí cayeron Farfolla y Dogo. Incluso algunos artistas renegados, como Dádiva de la Misericordia que en su día fue una gran protegida de Poissons, pero que ahora se sentía más beneficiada por Dániel. Cuando la cosa era más que segura, también aparecieron Goldado con Amanuense, junto con otros Hombres Puros PD’s.

Cuando ya prácticamente se daba por hecha la victoria, Dániel se retiró con cierta discreción al Salón del Trono. Allí se sentó, cerró los ojos y empezó a pronunciar “excelencia, excelencia, excelencia”. Estaba ensimismado repitiendo su mantra, hasta que un fuerte rumor empezó a a tronar a través de las ventanas. Entró de repente Despuntado que abrió las ventanas mientras le decía: “Dániel, quieren verte, que saludes”. El ruido era ensordecedor. Y levantándose lentamente, con parsimonia, disfrutando del momento, se acercó a la ventana. Debajo, a lo largo de la explanada de las Promociones había cien filas de guardianes de la excelencia, perfectamente formados y alineados de cincuenta en fondo y gritando al unísono: “Gi-si-er,  gi-si-er,  gi-si-er”.
"Con que Daniel el Breve... je, je, je. Ahora se van a enterar", pensó.

(CONTINUARÁ)

viernes, 25 de marzo de 2011

Capítulo 27: El día de la Justa

El día de la Justa Electoral, Dániel no las tenía todas consigo. Las cuentas no terminaban de salirle. Por eso ordenó a algunos de sus ministros y responsables de haciendas que intentaran movilizar, unos a prohombres e hidalgos, otros a sirvientes, y aquel que tuviera labores de tipo magistral, que aprovechara para llevar de la mano a los estudiantes a las urnas. ¿Acaso no era el proceder de los secuaces de Duplo en Colmenalejos? Pero aun así, la cosa no estaba muy clara, por lo que el mismo Dániel tuvo que emplearse a fondo.
A media mañana discutía con Despuntado las distintas posibilidades, y al final se les hizo la luz. En Geta había poco que hacer. Las coacciones oportunas ya se habían hecho los días precedentes (el mismo Dániel se había enfangado personalmente). Colmenalejos era territorio de Duplo. Quedaba Lega, la tierra de los bárbaros.
“¡Que se presenten ante mí  todos los ministros y viceministros bárbaros!”.
En menos de una hora estaban ante su presencia, presididos por Despuntado, Karmen Bardeen, Héna de Pravia, Wallander y Petro Algarrobo Tecla. También se personaron algunos viceministros, los de más confianza, como Pseudonewtoniano y Karlos Dunny. Jisus Market apareció por si hacía falta levantar algún acta.
Dániel fue repasando con ellos, uno a uno, los apoyos con los que se contaba seguro y con los que no se contaba seguro. A petición de Dániel, Jisus aprovechó para hacer lo que él llamaba "el mapa de los desafectos de Lega". Tanto Karmen, como Héna, Wallander y Petro, le aseguraron que en sus sublinajes de origen ya estaba todo hecho, que era imposible forzar un solo apoyo más. Pseudonewtoniano, siempre queriendo agradar al rey, se adelantó y le aseguró que sus huestes estaban todas esperando en primera posición de saludo a que él diera la orden de ir a las urnas todos juntos, para ofrecer y provocar posibles reacciones de apoyo entusiasta entre personal y, quizás, estudiantes. Con estos informes, prácticamente tenía cubiertos todos los sublinajes bárbaros, pero de pronto reparó en Dunny.
“Dunny, ¿Cómo está la cosa en los linajes Telesónicos?”.
“Señor, es posible que aun haya algún indeciso en nuestros castillos”. “Eso no es posible, ¿qué podemos hacer?”. “Señor, ya sabéis que nuestro pueblo es muy sensible al trueque, yo pienso que si aún podéis ofrecer algo a los jefes de clan, algunos apoyos de prohombres e hidalgos, aún podemos sacar, y ya sabéis que esos votos son fundamentales”. Dániel no quería negociar con los otros bárbaros delante, ya que sabía de las envidias que entre ellos existían, por lo que salió al ante salón desde donde le vieron hablando por el transmisor síncrono de sonidos.
Al rato volvió sonriente. “Ya está todo arreglado. No solo tenemos los apoyos suficientes en Prohombres e Hidalgos, sino que además van a movilizar a todos los estudiantes Telesónicos para ir a las urnas en tropel, je, je, je, igual que hace Lucien en Colmenalejos”. “Pero señor”, se atrevió a preguntar Dunny, “¿todos los Telesónicos?”. “Si, fiel Dunny, tanto los Teletecla como los Telesignos. Todo está amarrado”. Y efectivamente, después de la hora del pecunio, y de forma sorprendente, empezaron a aparecer caballeros telesónicos arreando a estudiantes y aprendices hacia las urnas, llenándolas de apoyos a Dániel. Luego serían fundamentales para el desenlace de la justa. Ninguno de los allí presentes, incluido Despuntado, supieron qué fue trocado a cambio de esos apoyos, pero lo que fuese, tarde o temprano se sabría, porque lo que se troca, luego se toca.
(CONTINUARÁ)

miércoles, 23 de marzo de 2011

Capítulo 26. Súplica de Carloszree a los dos canditatos de la Justa Electoral

Ser un bufón tiene sus ventajas. Como se tiene poco que perder, normalmente no se tiene mucho miedo al poder. Y la más importante: trae muy mala suerte descabezar un bufón, y eso lo saben todos los Reyes. Es por ello, que un bufón se puede permitir decir muchas verdades que son tomadas como bufonadas, pero que no por ello dejan de ser verdad. Desde la libertad de bufón del Reino, me permito dirigir sendas cartas a los candidatos de la Justa Electoral de Carloszree, más como súplica implorante que como consejo de amigo, ya que por tal no se me tiene, por lo menos por parte del Rey y desconózcolo por parte del aspirante a Rey.
Dániel:
El pueblo no os quiere. Un mínimo análisis de los resultados del primer envite muestran, por si no os habéis dado cuenta, que solo os respalda una parte de la aristocracia del Reino. Peor aún, parte de vuestro pueblo os odia y otra parte importante os tiene miedo. Os tiene miedo por lo que podéis  hacerles y por lo que podéis convertir a Carloszree. Os preguntaréis  cómo un Rey que ha tenido ideas tan brillantes (como imponer en primer lugar la moda Boloñesa o crear Chionvión) , que nos ha llevado a ser Reino de Excelencia Internacional y que ha conseguido a coste cero Campusfour puede despertar tantas antipatías en su pueblo, e incluso odio. La respuesta es muy sencilla: os habéis olvidado de las personas. Carloszree es un Reino donde vivimos y trabajamos personas. A las personas hay que explicarles las decisiones, y hay que hacerlas partícipes de las mismas. Y cuando se toman decisiones que pisotean derechos o privilegios, por lo menos hay que explicarlas a aquellos a los que se va a perjudicar, dañar o lesionar. Es el mínimo derecho que tiene un condenado, que se le explique porqué se le condena. Y en vuestro  ciego camino a lo que  entendéis por excelencia habéis pisoteado a muchos ciudadanos de Carloszree, que sin darse cuenta, de pronto, han sido arrollados por la maquinaria del poder. La excelencia no es lo que entendéis por excelencia, sobre todo porque una excelencia en la que no participen la mayoría de ciudadanos del reino, no es excelencia, sino elitismo. Habéis tomado una dirección en la que habéis  entendido que lo que es bueno para vuestra  cultura es bueno para todos, y en ese camino nos habéis  dividido en buenos y malos. Y solo los buenos tienen derecho a la vida. Carloszree será excelente cuando la mayoría de sus habitantes sean excelentes, y cada uno medido con los parámetros de excelencia de su propio linaje, no con los parámetros de los Hombres Justos. Preferimos ser un poco menos excelentes pero vivir sin miedo y sin complejo de casposo.
Hace cuatro años prometisteis  muchas cosas que habéis cumplido, pero también prometisteis  que ibais a gobernar para todos, con respeto a todas las culturas y de forma democrática. Y habéis gobernado privilegiando a unos pocos (los que  entendíais comulgan con vuestra ofuscada  idea de excelencia), y menospreciando y humillando al resto,  que han perdido identidad y complicidad con su Reino, al que ya no consideran suyo. Habéis provocado la fractura social en Carloszree. Habéis despreciado al pueblo, mimando a parte de la aristocracia. Y en esto nos habéis fallado y por eso muchos, la mayoría, no os quieren como Rey.
Es posible que mañana ganéis la justa. SI esto sucede no penséis  que es un reconocimiento a vuestros  méritos como Rey. Solo tenéis  los apoyos de Prohombres e Hidalgos a los que, o bien les produce terror perder vuestro favor real, o bien os  están muy agradecidos por los mayorazgos obtenidos en estos últimos cuatro años y el apoyo de la élite de la Servidumbre, alineada con el poder porque es el poder quién le puso al frente de sus haciendas.  Nada más. Porque no cuento los muchos que mañana os apoyarán como fruto de las coacciones que han experimentado a través de la maquinaria del poder.
Si mañana salierais elegido, no tengo mucha confianza en que cambiéis de actitud. En cuatro años os habéis  portado como un Rey arbitrario, envidioso, vengativo. No habéis sabido aceptar, y mucho menos encajar una sola crítica y no habéis desviado un milímetro de su trayectoria la dirección en la que habéis puesto la nave, dirección que solo habéis elegido vos. Si en cuatro años no lo habéis hecho, ¿por qué habríais de hacerlo en el futuro donde ya no tendréis  que dar cuenta a nadie porque no podréis  volver a luchar en una Justa?  Por eso solo me queda concluir con una súplica, una súplica implorante: si ganáis, entended  que sois el rey de todos y gobernad para todos. Dejaros aconsejar por los sabios del Reino y no escuchéis a los mediocres que solo os alaban. Y sobre todo escuchad al pueblo de Carloszree. El pueblo ha soportado estos cuatro años, pero a lo mejor no aguanta otros cuatro con el mismo talante de gobierno y decide tomar medidas. La casualidad ha querido que el segundo envite de la Justa se celebre un día después del aniversario del Motín de Esquilache. Y no olvidéis que quien os ha aupado al poder son Prohombres e Hidalgos, con muchos intereses personales ajenos a los del reino, y que os pueden recordar lo que le recordaron al Rey Alfonso IV de Aragón: ”cada uno de nos somos tanto como vos, pero todos juntos mucho más que vos”.
Lucien:
Hace cuatro años estuvisteis muy cerca de proclamaros rey. Si no lo hicisteis fue porque el pueblo, mayoritariamente (entonces fuisteis vos el agraciado por el apoyo de la aristocracia que hoy apoya a Dániel, si no la misma, del mismo pelaje, siempre cerca de lo que piensan que va a ganar) quería un cambio en Carloszree. Y querían un cambio porque, aun reconociendo los méritos del anterior rey, es cierto que el prolongado periodo en el que reinó propició la creación de numerosos ducados y condados, junto a cortijos de menor tamaño que el pueblo empezó a señalar y entender como  inapropiados para un reino como Carloszree.  Alrededor de Poissons se estructuró una cuadrilla de Prohombres e Hidalgos sin escrúpulos y con fines exclusivamente personales, a los que un ilustre Jurisconsuto, de cuyo nombre no me acuerdo, bautizó como “los apóstoles”. Esos apóstoles no son vuestros apóstoles, pero una gran parte de los ciudadanos de Carloszree los ven como si fueran vuestros propios predicadores. Estas personas representan y simbolizan lo peor del anterior régimen y manchan y enturbian la memoria del anterior rey, y la identificación de vuestra persona con ellos, os perjudicó en la anterior Justa Electoral.
Hoy, cuatro años después, tanto Poissons,  como especialmente sus apóstoles, siguen cometiendo desmanes que han justificado al Rey cometer muchos de los suyos, entrando a un juego de “y tú más”, reviviéndose en parte lo acontecido hace cuatro años. El pueblo de Carloszree, tampoco quiere volver a esa época de cortijos y paternalismo del rey. Carlos III fue un gran rey, pero ya no es el tiempo de Carlos III. Gregorio I, dicen muchos de sus biógrafos que fue un gran rey, pero desde luego, ya no es el tiempo de Gregorio I.
Si mañana sois proclamado rey, no penséis que es por vuestros méritos personales. Una gran parte de los que os apoyan lo hacen hastiados por el comportamiento del Rey y sus maneras de gobernar. Habéis capitalizado en vuestros apoyos el gran descontento del pueblo por Dániel. Y si salís vencedor de la Justa, lo haréis pese al terror que el pueblo tiene a ver de nuevo a Poissons manejando los hilos del poder y a los apóstoles de Poissons encaramados en algún ministerio del Reino. Su desleal juego de hace cuatro años, finalmente tendría recompensa. El pueblo no quiere volver a ver Carloszree en manos de estas personas.
Habéis concitado, como ocurrió (al revés) hace cuatro años, ilusión por el cambio. Si sois nombrado rey, no desaprovechéis ese capital. Gobernad para todos, contando con todos, sin miradas al pasado y rompiendo con claridad con ese pasado. Tenéis un reino capaz de superar este momento de desvertebración con la Institución y desánimo por los agravios sufridos, porque Carloszree sigue siendo un reino con un pueblo ejemplar. SI no lo hacéis, el pueblo nunca os lo perdonará.
En el día anterior al segundo envite de la Justa Electoral después del primer reinado de Dániel I.
Carloszree,  escribano  y narrador del Reino de Carloszree

martes, 22 de marzo de 2011

Capítulo 25: Crónica triste de Carloszree.

Hoy este cronista se encuentra triste. A falta de pocos días para la Justa electoral, Carloszree vivió uno de los espectáculos más turbadores para la sensibilidad democrática de sus habitantes. A ello contribuyó el desmedido afán de los dos contendientes a la Justa electoral para conseguir sus objetivos. Afanes tan desmedidos (a veces más por parte de sus seguidores que por ellos mismos) que hacían reflexionar al pueblo sobre su participación activa en la justa. Aunque en todos los sitios ha habido desmanes, cuanta más alta es la autoridad que lo perpetra, más gravedad adquiere la acción.  

En el entorno de Dániel, no solo Dániel estaba de los nervios. En caso de perder la Justa, algunos de sus ministros podrían perder una buena cuota de poder, como por ejemplo el propio Despuntado, Karlos Wallander o Jisus Market, el notario mayor del Reino. Para otros podría suponer la vuelta a una vida monótona, en cierta medida mediocre, una vida sin privilegios y ventajas, como Karmen Bardeen, Amanuense o Pilastra Solidad. Pero para varios era una auténtica catástrofe. ¿Dónde y cuándo Walthari iba a volver a ser la aterradora Walthari?. Nunca más volvería a ser el principal brazo ejecutor del rey, del líder inmarcesible. ¿Dónde y cuándo Chorches iba a controlar y gobernar todo un aparato de propaganda para ella sola? Y además dejaría de ser el ojito derecho del rey, del líder fascinante. ¿Dónde y cuándo Héna de Pravia iba poder abroncar a unos y otros sin que nadie le rechistara? Y además dejaría de ser alguien. ¿Dónde y cuando Petro Algarrobo Tecla iba a gobernar toda una hacienda de teclados a su antojo?. Y además volvería a su natural pequeñez. Y ¿Dónde y cuándo Murete…? Bueno, pues eso, ¡donde y cuando!

Y si en el entorno de la mesa redonda se estaban perdiendo los nervios, en el ámbito de REHAZ, tanto el regente Tostado, como las viceregentas Torcaz y Bellaca de la Aceña, así como todos los responsables de haciendas, algunos de los cuales se veían con la soga al cuello, entendían la situación como más que grave.

Reunidos en el salón del trono, las caras eran largas y se palpa la tensión. Dániel tomó la palabra:
“No tenemos el apoyo de Marceliano y la justa está en riesgo”. Se oye un “ohh” apagado.
“Por tanto tenemos que echar el resto”. Y poniéndose muy serio y mirando con gravedad a su no tan pequeño auditorio, dijo con solemnidad:
“Id y haced lo que tengáis que hacer”. Dániel sabía que sus palabras serían interpretadas “de la mejor manera”.

Héna de Pravia no lo dudó un instante. Al salir del Salón llamó a su asistente y le ordenó: “Cónvocame urgentemente a los cancerberos de las posadas de estudiantes”. Su asistente dudó “¿Dónde?”, “¿Dónde va a ser, estúpida, donde estoy yo!!!”… Algo después los cancerberos están en presencia de Héna.  Héna, como la mayoría de los ministros de Dániel tenían la tendencia a adoptar la compostura del Rey, es decir, cierta distancia, dignidad, autoridad. Pero claro, al no ser el Rey, en muchas ocasiones se convertían en una caricatura del Rey, porque lo que hacían era exagerar los defectos del Rey. En un grito, Héna les soltó:
“Ya me estáis moviendo a los hospedados al  apoyo útil”
“A qué os referís, ministra”.
“Pues al apoyo útil, el apoyo al Rey, ¿qué más utilidad queréis?”.

En otro punto del Reino, Chorches arengaba al aparato de propaganda.  También Walthari llamaba, uno a uno a los sacerdotes  de las distintas titulaciones: “apoyad al Rey, esa es la consigna”. Petro Algarrobo Tecla, al igual que otros ministros, se reunía con sus hacendados con el mismo propósito.

Uno de los que más se empleó fue Murete, que puso un dispositivo en marcha para comunicarse con el 100% de la población de Colmenalejos, y uno a uno, fueron recibiendo la llamada del Virrey o alguno de sus emisarios. No quedó nadie por ser “avisado”.

El mismo Rey, “in person”, tragándose sus remilgos se personó en muchas haciendas para intentar mover los apoyos de la servidumbre, que le recibían perplejos en mitad de su labor diaria. Muchos de los que hasta entonces eran invisibles para el Rey de pronto parecía que eran cómo de su familia, o al menos relativos. También se personó en todos los confines del Reino, incluyendo Colmenalejos, donde no siempre era recibido como él esperaba. Cuando esto ocurría, solía perder los nervios y cuentan que hasta se atrevió a gritarle a una capitana de los estudiantes.

Ya no importaba la excelencia, el JCR, el WoK ni la madre que los trajo a todos. Ahora era cuestión de permanecer en el poder, a costa de lo que sea. Se abre el mercadillo de la Justa, si Duplo promete dos, el Rey, que para eso es Rey, cuatro. Nunca se vio en el reino espectáculo tan lamentable. Lo que antes podía ser el cáncer de la excelencia, ahora se oferta como la solución a todos los males.

A falta de tres días para la Justa, Dániel, a sugerencia de Chorches, decidió organizar dos grandes actos mediáticos, uno en Lega y el otro en Geta. En cuanto Despuntado conoció el propósito y esquema de los actos, se dio cuenta de que iban a ser una mala idea, pero ya no se atrevió a comentárselo al Rey, que hozaba allí donde pensaba encontrar una trufa.

El acto de Lega iba a consistir en una entrevista preparada con afamados cronistas del Reino, antiguos estudiantes de Carloszree. Uno de ellos pensaba que iba a participar en un encuentro profesional, donde iba a poder entrevistar al Rey de acuerdo con los códigos profesionales habituales. Cuando entendió que era un acto prediseñado para la Justa y a mayor gloria de Dániel, decidió no comparecer. La mayoría de los asistentes se fueron con la impresión de que aquello era una representación teatral, más que una entrevista.

E iba a llegar el acto estrella, el cierre de la campaña preparatoria para la Justa, para lo cual iba a venir a Carloszree el malvado comisario  Hernán Mejías  aparentemente con la intención de litigar con Dániel en público con ánimo de demostrar las habilidades guerreras del Rey. Lo cierto es que la mayoría pensó que el comisario había sido contratado con el fin no confesado de investigar y eliminar a este humilde cronista de “Historias de Dániel”, cuyas crónicas molestaban profundamente al Rey. Este cronista tiene que desmentir públicamente que bajo el pseudónimo de Carloszree no se esconde el héroe del pueblo “Aguila Roja”, sino un humilde bufón que solo se afana en agradar con su arte a aquellos que buenamente quieran leer sus escritos. Afortunadamente el pérfido comisario solo se limitó en participar en la pachanga del Rey sin otro cometido más oscuro o inconfesable que pueda reportarse. El pueblo asistió atónito al espectáculo que más que ayudar, perjudicó a Dániel. Los estudiantes del Reino hacían mofas viendo al Rey y al pérfido comisario moviéndose a los sones de juglares que consiguieron su fama entre adolescentes.

Como siempre, Despuntado no andaba descaminado. Tanto despliegue, tan artificial, en vez de transmitir cercanía al pueblo, alejó mucho más a Dániel de sus posibles apoyos.
Si, amigos, han sido días tristes para este cronista del Reino. Nunca pudo imaginar un espectáculo tan lamentable en el llamado Reino de Excelencia Internacional. ¿Qué tendrá el poder que hace que todos los que lo ostentan no quieran abandonarlo a ninguna costa?

Mañana es día de reflexión antes de la Justa. Si los aspirantes fueran caballeros, pasarían la próxima jornada preparando sus armas para poder velarlas por la noche. Pero a la vista de algunos comportamientos, tristes, lamentables, es posible que siga habiendo llamadas a súbditos para que muevan su voluntad de apoyo. ¿Tendremos algún día un Rey que no utilice estas patrañas para llegar al poder?

(CONTINUARÁ: MAÑANA, CARTA ABIERTA DE CARLOSZREE A LOS DOS CANDIDATOS A LA JUSTA ELECTORAL)

lunes, 21 de marzo de 2011

Capítulo 24. De la interpretación que Dániel hace del programa de Marceliano.

En el día de gracia del 13 de marzo del 4º Año triunfal DD.

Ilustre Justo,

Después de nuestra interesante charla, he leído y estudiado con detenimiento vuestro programa electoral con el ánimo de encontrar similitudes, coincidencias, encuentros entre nuestras dos propuestas. Se que vos sois hombre de ideas, pero eso no es incompatible con mi manera de ver la realidad del Reino que es, sobre todo, a través del análisis frío de los números que son, a su vez, el reflejo crudo y real de la realidad.  

Como bien sabéis soy Estocástico, y practico desde mi más tierna infancia esta noble ciencia que permite el análisis y la proyección de los resultados experimentales mucho más allá del simple examen superficial de una situación. Esto me permite abordar el problema de la comparación entre nuestros programas de una manera científica, y por tanto veraz.

Vuestro programa tiene 35427 palabras, y el mío 42324, lo cual significa que difieren, en su extensión en un 16,29%, lo cual nos empieza a aproximar. Aplicando un test de comparación entre ambas poblaciones de palabras se puede fácilmente encontrar, considerando familias de agudas y esdrújulas, que la coincidencia entre ambas poblaciones posee un nivel de significación alto, con un coeficiente de correlación múltiple del 0,98. Esto empieza a encaminarnos a conclusiones que no pueden ser más optimistas.

Considerando que vuestro programa tiene 8 apartados de desigual tamaño y el mío 12 donde se concurre en la misma circunstancia, he hecho un análisis mediante una tabla ANOVA (Análisis de la Varianza), donde se ha obtenido un valor para la t-sudent de 1,97 y para la F de Fisher del 4,1. Estos dos estocásticos nos indican que los programas son prácticamente iguales. He propuesto un nuevo estocástico, al que he bautizado D de Daniel, que combina los anteriores y que demuestra que entre nuestros programas hay una coincidencia del 99,3457%.

Como no debemos dar la sensación al populacho votante un supuesto acuerdo del 100% que no haría creíble por parte de mis seguidores la asunción de vuestro programa, he hecho un sorteo aleatorio para extraer del acuerdo un 20% de propuestas con la idea de transmitir, tan pronto como sea posible, y en comunicado público, que como asumiré en un 80% vuestras propuestas electorales, vos me apoyaréis en el segundo envite de la Justa.

Creo que no es un tema importante, pero casualmente las propuestas que aleatoriamente han salido del sorteo tienen todas que ver con las modificaciones que habría que hacer en la Constitución de Carloszree para democratizar más su funcionamiento. Se que son temas que os preocupan, pero no podemos modificar lo que el destino ha elegido de forma aleatoria.

Confío que este estudio os resulte grato para que de forma gozosa podáis anunciar, asap (es decir, asun as posibol), vustro apoyo a mi candidatura.

Quedad con Hirsch.

Daniel I, Rey de Carloszree

Post-scriptum. He pensado que este impactante estudio sobre nuestros programas podría publicarse en el International Journal of Clever Stochastics (revista del primer tercil de la lista “Stochastics” del JCR) con el título “Comparison between a discrete number of clusters of words. Numerical approach using a novel stocastic development”. Por supuesto que os incluiría como segundo autor.

(CONTINUARÁ)

No te pierdas el último capítulo de Thot, el nuevo capítulo de Faruk y la crónica de última hora.

domingo, 20 de marzo de 2011

Capítulo 23. De cómo se relata el encuentro entre Dániel y Justo Marceliano.

En el día de gracia del 17 de Marzo del 4º Año triunfal DD (Después de Dániel).

Ilustre Goldado:

Me atrevo a molestaros a causa de la profunda preocupación que siento de cara al segundo envite de la Justa Electoral. Como bién sabéis, los apoyos a Justo Marceliano son fiundamentales para conseguir la victoria, por lo que hemos tratado de convencer a Dániel que trate de hablar con él con el objeto de convencerle que nos apoye en nuestra noble y desinteresada causa.

Como también conocéis, Dániel es hombre orgulloso, y después de haber menospreciado en el primer envite a Marceliano, no quiere rebajarse a suplicarle sus apoyos. Una reunión con la Bruja de la Esperanza le hizo cambiar de idea. Le adelanto que la entrevista con Marceliano no fue bién. Dániel le ofreció un ministerio en el fututo gobierno, a lo cual Marceliano le contestó con una sonrisa: “Dániel, no has entendido nada”. No entendemos que quiso decir con eso. Dániel prosiguió ofreciéndole todo tipo de prevendas, incluyendo jubones, calzas y abarcas para esa estúpida práctica de Marceliano de correr por el campo como si fuera un plebeyo. Todo fue inútil. Finalmente Marceliano le desveló que la única manera de apoyar nuestra causa era si Dániel asumía lo más importante de su programa para la Justa, lo cual a Marceliano le parecía poco probable (estimo que un R2 de 0,34) después de que Dániel denostara en el primer envite tanto el contenido de dicho programa como el procedimiento parlamentario de generarlo.

Marceliano expuso a Dániel las cosas que él entendía como fundamentales de su programa y que eran ineludibles si quería conseguir sus apoyos. “Dímelas y ya te digo por adelantado que las hago mías”. Marceliano muy serio aseveró: "aquellas propuestas que harían de Carloszree un reino democrático”. “No te preocupes, Justo, que menos de 48 horas te hago llegar una propuesta por escrito”.

Desconozco qué le habrá mandado a Marceliano, pero el resultado ha sido desastroso porque Marceliano ya ha hecho público que no va a respaldar a ninguno de los dos aspirantes en el segundo envite de la Justa.

Pongo en vuestro conocimiento esta situación para que, en la medida de lo posible, actuéis de manera urgente en movilizar vuestras huestes en recabar los máximos apoyos de nuestra causa, que también es la vuestra, en la búsqueda de la excelencia en Carloszree.

Quedo humildemente a la disposición de su excelencia. Por la gloria de Hirsch.

Despuntado

(CONTINUARÁ)

No os perdáis el 6º Capítulo de Thot y el 3º de Tarma y Mite

sábado, 19 de marzo de 2011

El Evangelio de Dániel según Chorches. Prólogo.

Después de 18 años de un Gobierno basado en el paternalismo y la autocracia del Prohombre Gregorio Poissons, Jurisconsulto, más tarde conocido por Gregorio I, en el reino de Carloszree reinaba el caos más generalizado y los enfrentamientos entre linajes estaban a punto de ocasionar una guerra civil. El linaje de Hombres Puros reclamaba la implantación para todo el reino del Pensamiento Único. El linaje de Jurisconsultos temía por cualquier cambio que les relegara a una situación de meros comparsas en la vida del reino. Los Artístas temían que la degradación de costumbres y usos del reino provocara su expulsión del mismo, o cuando menos su destierro a tierras de Colmenalejos. Los bárbaros, hartos de un rey Jurisconsulto amenazaban con una secesión en un reino independiente.

Convocada una Justa Electoral por Gregorio I, se produce un acontecimiento histórico en Carloszree, una conjunción y alineación de estrellas que permite se produzca la elección del Prohombre Puro Dániel de Pena, a partir de ese momento coronado como Dániel I. El año 2007 fue a partir de ese instante el año 1 de la Era Dániel, dividiendo a la Historia en tres grandes periodos: “AC, antes de Cristo”, “DC, después de Cristo y antes de Dániel” y “DD, Después de Dániel”.

Dániel, con su mente preclara y voluntad de hierro, impuso en Carloszree el pensamiento único que nos condujo a la Excelencia. Con firme determinación sacó al reino del ostracismo, la caspa y la mediocridad y lo situó en el firmamento de los principales reinos del universo. Gracias a Dániel hoy somos lo que somos y tenemos lo que tenemos. Con Dániel aseguramos a las futuras generaciones un mundo brillante y excelente. Sin Dániel todo sería oscuridad.

Es misión de esta humilde narradora hacer llegar a las generaciones venideras los hechos que aquí han acaecido para que nuestros descendientes tengan testimonio de la vida y obra de Dániel, sus parábolas, sus escritos y sus hechos. Dániel ha sido nuestra guía y nuestra referencia y es nuestra obligación, nosotros que hemos tenido la dicha de convivir con él,  transmitir a todos su mensaje. En este evangelio se marcan también a las futuras generaciones una vida ejemplar que sirve de referencia a los jóvenes que algún día serán hombres y mujeres del Reino de Carloszree, por la gloria de Hirsch.

viernes, 18 de marzo de 2011

Capítulo 22. De la visita de Dániel a la Bruja de la Esperanza.

Acostumbrado a vivir en un Reino dónde todo el mundo le rendía pleitesía, no era un plato de buen gusto para Dániel visitar a la Bruja de la Esperanza. El Reino de Carloszree estaba en de los dominios de la Bruja, y una gran parte del peculio que necesitaba el Reino para subsistir era un óbolo del gobierno de la Bruja. Por tanto Dániel, aunque no le gustara demasiado, no tenía más remedio que procurar sumisión a la Bruja para que los intereses de Carloszree no se vieran perjudicados. De todas formas, a lo largo del reinado de Dániel y después de muchas visitas, se había establecido entre ambos un ambiente de empatía que iba mucho más allá de la relación súbdito-señora. Ello hacía mucho más placenteras las reunines.

En el fondo Dániel admiraba a la Bruja, ya que ésta no tenía ningún remilgo en actuar en su ámbito de gobierno de acuerdo con un principio en el que Dániel creía, pero que solo confesaba en sus círculos más íntimos (es decir, Escoming, Despuntado y él mismo): la única manera de llevar la excelencia a un establecimiento público, es gobernándolo como si fuera privado. Y si algo es privado tiene que tener un dueño, por supuesto el Rey. La democracia consistía entonces, en que cada cierto tiempo, los súbditos elegían un Rey que durante un periodo se convertía en su señor feudal, por tanto dueño de haciendas, personas y semovientes.

“Hola Danielito”, le saludó la Bruja tan pronto entró en sus aposentos. A Dániel no le hacía ninguna gracia que le llamaran Danielito, y de hecho la Bruja era la única persona sobre la tierra capaz de llamarle así. Pero no le quedaba más remedio que aguantarse y poner buena cara.
“Hola Señora, ¿cómo estáis? Hasta Carloszree ha llegado que habéis tenido algún problemilla de salud”
“Nada importante, unos días sin ejercer la Brujería antes de que alguien me removiera la silla. Y hablando de sillas, ¿cómo va la Justa de Carloszree?.
“De momento bien, Señora, porque nos hemos quitado de en medio a Marceliano, que era mi principal adversario. El problema es que Duplo es posible que ahora recoja los apoyos de Marceliano y me quiten la corona”.
“Bueno, Danielín, eso hiciste tu hace cuatro años, ¿no?”.
“Si, Señora, pero yo soy un Hombre Puro, adalid del Pensamiento Único, campeón de la Excelencia,…”
“¡Vale, vale ya, que ya se quien eres!”, le cortó la Bruja. 
Pero Dániel prosiguió:
“Y ese Duplo no es más que un casposo Jurisconsulto que no sabe ni donde tiene la Gi Cuadrado”.
“Pues habla con Marceliano y convéncele que te de sus apoyos”.
“Ya, señora, pero es que justo antes del primer envite no hice más que atacarle”, contestó Dániel.
“Pueas vas ahora y le dices que su programa en buenisssiimo y que tu lo asumes como propio”.
“Ya pero si es que dije que era del siglo pasado, asambleario, que no tenía ni una sola idea original que sirviera para nada,…”
“Ya Danielín, pero ya sabes que en política lo que hoy es negro, mañana blanco. Tienes que tragarte el orgullo y negociar con él. Promételo”.
“Vale, Señora, mañana mismo le convoco para hablar con él”.
“Por cierto, te he llamado porque hay gente de Carloszree que van a ayudar a mi oposición a tratar de levantarme el trabajo”.
“¡Pero que me decís, Señora!”.
“Pues eso, tu predecesor Poissons, y un tipo bastante siniestro llamado Müller que va siempre con él haciéndole la pelota”.
“Señora, ya sabéis que Poissons es impredecible e ingobernable, y el tal Müller es un don nadie, solo un perrillo faldero de Gregorio”.
“Danielito, no me toques las narices. ¡Que te acabo de regalar Campusfour y me debes una!”
“Bueno, pensaré si puedo hacer algo, pero lo veo complicado”
“Pues espabílate, primero con Marceliano, y luego con esa caterva que tienes ahí tratando de fastidiarme.  O te espabilas o nos vemos los dos descabalgados”.
“De acuerdo, Oh, Bruja. Hablaré con Marceliano, ganaré la Justa y después tomaré medidas contra esa chusma”.
“Así me gusta, Danielito, ¿ves como al final siempre haces lo que quiero? Anda, vuelve a tu Reino y se bueno”.
Y tras una aparatosa reverencia, Dániel, subido en su carroza oficial, volvió a Carloszree rumiando cómo iba a tratar de engañar a Marceliano.

(CONTINUARÁ)

jueves, 17 de marzo de 2011

Capítulo 21. De las geniales ideas de Dániel para el futuro de Carloszree (segunda parte)

Dániel tomó solemnemente la palabra:

“La primera es que Chorches, junto con Héna de Pravia, preparen un curso propedéutico para todos los estudiantes que lleguen a Carloszree; mucho más importante que adquirir conocimientos básicos, es que sepan entender la moda Boloñesa” “Antes de empezar con ningún tipo de estudios, recibirán doscientos créditos sobre la metodología del método boloñés, por supuesto en inglés”. “No hay nada peor que la desinformación”.
“Pero hay otra medida mucho más importante. Las masas necesitan un líder que les adoctrine, que les guíe. Un caudillo. Y necesitan verle, oírle, como ha ocurrido con los grandes caudillos de la historia”.
Todos le miraban extasiados. Prosiguió Dániel:
“Cada mañana, y en semanas rotatorias, primero en Geta, en el Patio de las Hornadas, después Lega, en el Patio de Armas del Palacio Principal, a las 8.30 a.m. y en presencia de los Sumos Sacerdotes, se formarán a todos los estudiantes y desde lo alto de un atril les arengaré para motivarles; se que supondrá un gran esfuerzo personal, pero todo paladín tiene que pagar algún coste a cambio de culminar su tarea con éxito”.

Quitando a Escoming que no se enteraba de nada, el resto no daba crédito.
“Y al finalizar el acto, que no debe durar más de media hora, se cantará el Himno pro Moda Boloñesa”. “Ya estoy trabajando en la letra”.

“¿Y qué pasará en Colmenalejos?” pregunta Murete aparentando preocupación.
“¿Colmenalejos?, tengo planes para Colmenalejos”. “¿Os acordáis de los planos secretos de Campusfour que os enseñé?”. “Recordaréis que allí construiré una gran posada para recepcionar y cobijar ilustres Hombres Puros. Y toda gran posada debe tener un gran establecimiento culinario, donde se ofrezcan solo productos puros sin contaminar y de primera clase”. “Colmenalejos es el lugar ideal para construir el rancho que produzca esas materias primas perfectas: carnes, verduras, frutas…”. “Tengo sobre la mesa una oferta de un grupo Canadiense que podría montar allí una cría de Búfalos, que además de dar una carne excepcional, dan una leche ideal para fabricar la mejor mozzarela”.

“Pero ya basta por hoy, tengo que ir a visitar a la Bruja de la Esperanza para informarle de la situación de la Justa y no puedo hacerla esperar. Id con Hirchs y que Weibull os proteja”.

Salieron del Salón del Trono los ministros de Dániel con la cara demudada. “Se le está yendo la pinza” comenta en voz alta Despuntado. El resto, no acostumbrados a oir crítica alguna del Rey, miraron con asombro. “Vamos a tener que hacer algo o el pueblo no permitirá que Dániel sea reelegido Rey”. Y siguieron andando cabizbajos. Para colmo se cruzaron con Goldado que sin mediar palabra les dijo:
“Estamos oyendo rumores de lo más confuso sobre la estabilidad emocional de quién ya sabéis. Está muy nervioso y está empezando a perder los papeles  y nosotros no podemos permitirnos un futuro incierto; como no tengamos muy clara la cosa, a lo mejor negociamos con Duplo un futuro mejor, y nos consta que algunos clanes bárbaros están haciendo lo mismo”.

Escoming, no se enteraba de nada. Walthari, Murete y Amanuense callaron. Solo Despuntado se quedó demudado. “Las ratas empiezan a abandonar el barco”, pensó.  

(CONTINUARÁ)   MAÑANA, NUEVO CAPÍTULO

miércoles, 16 de marzo de 2011

Capítulo 20. De las geniales ideas de Dániel para el futuro de Carloszree (primera parte)

A su vuelta a Palacio después de su periodo de reflexión en el Castillo de los Estocásticos, Dániel se sentía renovado. “¡Por Hirsch, ahora ya puedo volver a la lucha!. Era de madugrada y aun debía de esperar algunas horas hasta que el Reino empezara a desperezarse, pero estaba tan exultante que a punto estuvo de convocar a Palacio a algunos de sus fieles. Luego pensó que si levantaba a Despuntado de la cama quitándole horas de sueño, su mente estaría menos aguda y en estos tiempos turbulentos le necesitaba en toda su plenitud.

¡Cómo disfrutaba de esos momentos en los que Palacio estaba desierto, y él se veía ahí, al mando de la nave, llevando el timón del Reino! “El Reino al completo podía descansar sabiendo que él estaba ahí, gobernando con mano firme, sin titubeos, hacia la máxima excelencia”. Gustaba de aprovechar esos momentos de calma para repasar una y otra vez todos los indicadores del Reino, casta por casta, linaje por linaje. Seguía sin poder comprender, cómo siendo las costumbres de los Hombres Puros las únicas que se ajustaban al Pensamiento Único, en la mayoría de los indicadores siempre había alguna casta perteneciente a los pueblos inferiores a la cabeza. Al final siempre llegaba a la misma conclusión: “había que perseverar más en la imposición, aunque fuera a la fuerza, del pensamiento único; era la única vía de llegar a la excelencia. Porque excelente será el Reino cuando todos y cada uno de los indicadores los encabece una casta de Hombres Puros. Y solo en ese momento se podrá decir que lo que está bien hecho, además bien parece”. Y en esos momentos Hirsch le iluminó y le vinieron a la cabeza algunas ideas que sin duda deberá poner en práctica cuando gane el segundo envite de la Justa Electoral.

Para tranquilizar su ansiedad antes de que el sol despuntara, perdón, apareciera (Mandamiento 327 de las Leyes de Caeloszree Excelente: “No tomarás el nombre de Despuntado en vano”) en el horizonte de las tierras de Geta, pronunció algunas jaculatorias acompañándolas de suaves golpes de pecho, para acabar recitando pausadamente la oración de Dániel.

Iba a revelar a sus colaboradores sus brillantes ideas, por lo que ordenó a Yuan Chu un desayuno especial donde además de la bollería habitual había algunas galletas de la suerte chinas en cuyo interior había incluido astutamente mensajes vinculados al Pensamiento Único. Estaba algo anhelante por ver la cara de Despuntado cuando le apareciera en una galleta un mensaje como “no dejes para mañana, lo que puedas publicar hoy” ó “más vale segundo cuartil en mano que cien primeros volando”. “Je,je,je” “¿Quién se atrevía a decir que no tenía ningún sentido del humor?”.

Para la ocasión, solo mandó a buscar a aquellos de sus ministros sobre los que concurría la circunstancia de ser Hombres Puros (no era cuestión de poner en manos de bárbaros, jurisconsultos o artistas ideas para las que podían no estar preparados). Allí se personaron Despuntado, Walthari, Amanuense, Murete y, aunque no era ministro, su fiel Escoming.

“Hirsch me ha iluminado y vamos a poner en práctica algunas ideas”. Todos le miraban con los ojos muy abiertos.
“¿Sabéis porqué los estudiantes no han entendido el tema de la moda boloñesa?”
“¿Será porque pasan en la Universidad todo el día y no tienen tiempo para nada?”, pregunta Escoming. Dániel le fulmina con la mirada.
“¿Porqué no pueden seguir el ritmo del cronograma?” dijo Murete. Walthari no pudo aguantar más y contestó con violencia y voz chillona:
“¡Todo eso son mentiras asquerosas!”
“A lo mejor es porque no respetamos los derechos adquiridos de los antiguos tratados”, dijo con seriedad Despuntado. Dániel y Walthari le miraron con mirada aviesa, pero no le replicaron. Finalmente Dániel tomo la palabra y dijo:
“¡No, no y no! ¡Es un problema de adoctrinamiento del pueblo! He pensado en distintas acciones para corregir esto”. “Doctrina, doctrina, doctrina”.

(CONTINUARÁ)

martes, 15 de marzo de 2011

Capítulo 19. El castillo de los estocásticos.

Según se iba acercando al Castillo de los Estocásticos cruzando los parterres de flores de lemus, Dániel se iba tranquilizando. Ese castillo ejercía un extraño poder sobre él. Le tranquilizaba como si volviera al gineceo de su madre. De hecho algún día, cuando dejara de ser Rey, ese volvería a ser su reino. Ese Castillo era su obra, él lo había levantado y lo había hecho prosperar. Era mucho más que un hogar al que volver.

De todas las estancias del castillo, la Cámara de los Elegidos era su lugar favorito. Cuando él levantó el castillo, era la Cámara de Dániel, pero pronto fue permitiendo el acceso la Cámara a algunos de sus seguidores y discípulos. Hoy, después de muchos años, solo unos pocos prohombres e hidalgos tienen acceso la Cámara.

En la Cámara se toman todas las decisiones que afectan al clan de los estocásticos: quien puede o no supervisar aprendices, qué aprendices pueden o no promocionar a hidalgos, qué hidalgos pueden llegar a prohombres, quién y a donde puede salir del castillo para emprender una u otra cruzada, y, por supuesto cómo se aplica el gasto del presupuesto asignado al castillo. Como no todos los estocásticos tienen acceso a la Cámara, esto causa un gran malestar entre muchos de su los habitantes del Castillo, y unos años atrás, como ya se ha relatado en un capítulo anterior, provocó que un grupo de Hombres Puros se mudaran, llevándose consigo parte del mobiliario, al castillo de los Hombres Puros Propiamente Dichos. Esto causó gran disgusto a Dániel, lo cual no impidió, que siendo más tarde Rey, propiciara situaciones parecidas en los castillos de otras castas. Pero esto son otras historias.

La estructura de gobierno de los estocásticos es una autocracia, en cuya parte más alta se situa Dániel. Debajo de Dániel se situan los Elegidos, los que tienen acceso a la Cámara de Elegidos y debajo el resto (donde hay prohombres, hidalgos y aprendices). Esto no gusta en exceso a los prohombres de la casta de Hombres Puros PD’s, que funcionan como una Plutocracia, donde todos los prohombres toman parte de las decisiones que afectan al poder, independiéntemente de su antigüedad en el Castillo. Esto fue en parte también lo que motivó la huida hacia el castillo de los Hombres Puros de un grupo de estocásticos. Sin embargo Dániel creía en su estilo de Gobierno, ya que le había permitido llevar a los estocásticos al entorno de los Hombres Puros, y eso era bueno para su clan, ¿porqué no extender a todo el reino de Carloszree lo que tán bien le había funcionado a su clan?.

A Dániel le gustaba sentir la soledad del poder dentro de la Cámara. Todavía recordaba cuando permitió el acceso a los que son ahora sus elegidos. El primero fue Escoming. Cuando conoció a Escoming le pareció un poco parado, pero pronto aprendió a valorar sus cualidades. En el periodo de Gregorio I, este compró muchas voluntades otorgando condados y ducados a muchos prohombres. Escoming, con ese aspecto de absorto llegó a conseguir del anterior rey dos condados y un ducado. Cuando Dániel particiò en la anterior Justa Electoral, cuatro años atrás, prometió acabar con todas estas dádivas personales, y de hecho casi lo hizo: las abolió todas menos las de su fiel Escoming, que aun hoy en día las mantiene. Escoming fue el primero de sus elegidos al que permitió regar las flores de lemus.

El segundo en poder acceder a la Cámara fue su fiel Despuntado. Era muy joven pero él supo ver sus innatas cualidades de hombre de estado. Muchos años atrás ya se infiltró en el gobierno de Gregorio I y fue el único que durante la Justa Electoral, apoyando abiertamente a Dániel, permaneció como ministro junto a Gregorio. Todo un campeón. Si, Despuntado sería su sucesor. Algún día reinaría, y así garantizaría que su obra se perpetuaría en Carloszree.

Luego fue invitando a otros y otras (no olvidemos que Dániel era fiel cumplidor de la Párida). Entre estas destaca Cilantra, una hidalga que siempre le prestó buenos servicios. Dániel, cuando llegó al poder la nombró mamporrera del Consejo Externo para la Guía de Carloszree. Y la ahora ausente Ruaca, que con casi medio siglo consiguió ser distinguida como Joven Pesquisadora por el Consejo Externo...

También podía acceder a la Cámara de Elegidos el prohombre estocástico Discrieto. Discrieto tenía fama de Hombre Justo y no siempre estaba de acuerdo con muchas de las decisiones arbitrarias que se tomaban, por lo que Dániel, en ocasiones, no le invitaba a las reuniones que allí se celebraban y así evitar que su fiel Discrieto se sintiera incomodo. Aun así, Discrieto, que en los últimos tiempos había desarrollado el rol de Dániel en el castillo (Jefe de Armas), había tenido que tragarse algún que otro sapo en defensa de la excelencia. Pronto sería relevado por Elvirilla, la fiel aprendiz de Despuntado.

Si, pensó Dániel: “cuantas cosas importantes han pasado entre estas cuatro paredes”. “Tengo que asegurame, siendo rey, de que este lugar perdure para siempre”. 

(CONTINUARÁ)

domingo, 13 de marzo de 2011

Capítulo 18. De cómo Dániel trata de amarrar voluntades para conseguir apoyos.

La tensión de los acontecimientos de los últimos días, tenía a Dániel un poco nervioso. Decidió hacer un pequeño alto en el camino para intentar relajarse practicando la meditación transcendental. Necesitaba un objeto brillante sobre el que fijar su atención y un buen mantra. Su objeto favorito era su anillo Goldado de doctor, que situó justo enfrente del trono, sobre el damo de noche donde solía exponer su túnica negra de Rey. Podía elegir entre muchos mantras, pero como andaba un poco deprimido, se decantó por uno sencillo: “Prainston, Prainston, Prainston,…”.

En pocos minutos había llegado al primer estadio, aquel en el que la mente quedaba totalmente abstraída de todo, pero normalmente a partir de ahí solían empezar los problemas para Dániel. En ese estado su yo más íntimo debía emerger para levantar su espíritu, pero lo que solía emerger era el dictador que llevaba dentro que empezaba a rebosar por lo que ya de por sí era enorme, su ego. Pero una voz, de repente, apareció: “Dániel,Dániel, Dániel,…”.

“Joder, Despuntado, que susto me has dado. Ya puede ser importante”.
“Lo es, mi señor. Están volviendo los profetas de su misión de captar apoyos, y las noticias no son muy halagüeñas. Algunos aun están en Palacio”.
“Qué vengan a mi presencia”, bramó Daniel.

A los pocos minutos volvió Despuntado con dos de los ministros que entraban encorvados para no encontrarse con la mirada de Dániel. Este sonreía hacia su interior al comprobar cómo seguía infundiendo un gran miedo a todos sus ministros (excepto a Despuntado, que le tenía cogida la medida).

“¿Qué habéis conseguido?”.
“Me temo que poco o nada, mi Señor”, contestó Amanuense, ministro de Asuntos Exteriores. “Estos bárbaros parece que no quieren nada. Me recuerdan a aquel que siempre repetía el mantra ‘Programa, programa, programa, programa,…’”. “Parece que tienen, no se, cierta honradez”.

Murete, Virrey de Colmenalejos, le quitó la palabra:
“Son inabordables, yo les he ofrecido ducados y tierras, y como si nada”.
“Pero serás mentecato, ¡si allí lo que sobran son tierras!”. “No puede ser, ¡todo el mundo quiere algo!”, continuó Daniel perdiendo los estribos. Y aseveró:
“Vamos a tener que empezar a ofrecerles Ministerios”.
“¡¡¡Ministeeeeeriiioooos???” contestaron los tres al unísono, “¿Y entonces que será de nosotros?”.
“Majaderos, no es en serio, son solo promesas, humo,… “, dijo Dániel, cada vez más alterado.

Volvió a tomar la palabra Despuntado:
“Dániel, son barbaros, es decir, un poco brutos, pero no son tontos; pronto se darán cuenta en cuanto hablen entre ellos de que andamos ofreciendo muchos más ministerios de los que hay”.
“No seas insolente, Despuntado, y haced lo que yo os digo”. “Como no ganemos esta justa, os quedaréis todos sin vuestras prebendas”. “¿Honradez, programa,…? ¡Qué les den a todos una tabla ANOVA y se la metan por la t de Student!.

Y ante la atónita mirada de sus ministros, Dániel salió con paso apresurado del Salón del Trono. Le vieron alejarse por entre los parterres de flores de lemus en dirección al Castillo de los Estocásticos.

(CONTINUARÁ)

jueves, 10 de marzo de 2011

Capítulo 17. De cómo Dániel prepara el segundo envite de la Justa.

En continua asamblea con sus fieles (entre los que se contaban la mayoría de sus ministros y viceministros, algunos Hombres Puros y Bárbaros y algún Jurisconsulto (como Farfolla), Dániel procedió al análisis de los resultados del primer envite de la Justa.
Un primer análisis indica que hay varios nichos de apoyos que había que reconquistar: sobre todo, la totalidad de Colmenalejos, los votos de los Prohombres de Lega a Marceliano, y los estudiantes de Lega. Dániel daba por perdidos los apoyos de la servidumbre hacia Marceliano, porque sabía que no le perdonarían nunca su falta de consideración hacia ellos como colectivo, y por otra parte, no significaban prácticamente nada en apoyo porcentual.
Había que, entonces, iniciar distintas estrategias, unas dirigidas al colectivo de estudiantes, en general, otra dirigida al colectivo de estudiantes de Colmenalejos y por último, tratar de recobrar la confianza de los bárbaros que habían apoyado a Marceliano.
Lo primero que hizo para tratar de atraer la atención de los estudiantes fue dar de alta en los mentwitteros de la corte a varios trolls para atacar de forma consistente y pertinaz a Duplo. Esta acción es, no obstante, arriesgada, porque entre los asiduos de los mentwitteros si hay una cosa que disgusta es la aparición de trolls, provocando la iracundez del personal.
Dániel era consciente que casi tenía perdidos a los estudiantes y servidores, por lo que lo importante era captar los apoyos de Marceliano en Lega. Esos 75 prohombres eran, a partir de ahora, su principal objetivo. Ellos decidirían el sentido de la Justa. Seguir en el trono o convertirse, definitivamente, en “el Breve”. Para eso puso en marcha un plan de llamadas personalizadas, hechas por profetas de la excelencia, a distintos personajes bárbaros con posible influencia sobre su plebe. Había que ser muy claro en los mensajes para que su eficiencia fuera máxima: el cuerpo del mensaje sería “O Dániel o la perdición”. “Sin Dániel, el reino se iría a pique”. “Duplo era solo un muñeco en manos de poderosos poderes ocultos que quieren gobernar el reino”.
Despuntado sugirió que a lo mejor se podría intentar presionar un poco a los aprendices del Reino y demás precarios. Según la teoría de Dániel toda esta caterva de personal eran empleados del Reino, y por tanto dependían del Rey. Y qué menos que recordarles que su bienestar futuro podía depender del favor real. Chorches, ministra de la propaganda ideó un plan que combinaba la presión sobre los aprendices, que su vez podían presionar a los estudiantes.  Como Murete se había demostrado poco eficaz como Virrey de Colmenalejos, Dániel encomendó a Chorches las tareas de persuasión en aquellas tierras.
Antes de lanzar a sus esbirros a la conquista de la voluntad de los 75 bárbaros, Dániel les arengó:
“Vivimos un momento crítico en Carloszree. Nos enfrentamos a un “milestone” –esto se pronuncia ‘mailssstonnn’-  crucial. O yo, o el abismo. SI queremos que Carloszree perdure como templo de la Excelencia, debemos asegurarnos la permanencia en el Salón del Trono, la perpetuación de todos nosotros, únicos garantes de la verdad única. Si Duplo llega a coronarse rey, todo tipo de desgracias  acontecerán en Carloszree. Perderemos nuestra cualificación de Reino de Excelencia. Dejarán de venir a Carloszree los mejores estudiantes. Caerá en picado el número de publicaciones de primer cuartil en la universidad. Se harán públicas las verdaderas intenciones de Campusfour, El latindex sustituirá a nuestro sagrado “Gi-er-si” como medida de referencia,…, nos gobernará lo peor de lo peor. Vosotros, que comulgáis con la fe única que santifica el paper de primer cuartil como emblema  de la reserva espiritual de Carloszree, vosotros sois los responables ante Dániel y ante la historia del desenlace de esta Justa. Yo os doy la palabra y vosotros sois mis profetas. Id y llevad la buena nueva a las gentes, si no es por las buenas, pues tendrá que ser por las malas. Id, en nombre de Hirsch y llevad el ISI Web of Kowledge (se pronuncia “aisigüebof noules”) a todos los rincones del reino, pero por la gloria de vuestra madre, ¡traedme esos apoyos!”.
“Ahora unid vuestras manos formando un circulo, y repetid conmigo: Con el Wok (se pronuncia guok) me acuesto, con el WoK me levanto, con el índice H y por Hirsch jurando”. Después, de forma solemne, comenzaron a rezar: “Web of Science, que estás en la red…”
Para levantar la moral de sus huestes allí reunidas, Dániel les regaló una copia facsímil de la edición del JCR del año 1989 (de cuando aun se editaban en papel por no existir las bases de datos en red). “Llevadla junto a vuestro corazón, que os dará fuerza y determinación para cumplir vuestra noble misión de profetas de la palabra de Dániel”.
Chorches tomaba notas con devoción de todas las palabras que salían de la boca de Dániel. Con el tiempo elaboraría el primer evangelio de Dániel basado en sus parábolas (Primer evangelio según Chorches), que se unirían a otros textos realizados por el propio Dániel para configurar la futura biblioteca de la Cultura Única.
(CONTINUARÁ)

martes, 8 de marzo de 2011

Capítulo 16. Del primer envite de la Justa. El recuento.

Para seguir el recuento se reunió Dániel con su plana mayor. Allí estaban Despuntado, Walthari, Escoming, la ministra de la propaganda, Chorches, el virrey de Colmenalejos, Murete, y de vez en cuando también se pasaba por allí algunos de los Hombres Puros como Goldado.
Los primeros resultados en salir fueron los de Lega. Dániel estaba tranquilo, porque sabía que sus fieles bárbaros no le iban a decepcionar. El trabajo hecho durante los últimos meses por Pseudonewtoniano ahora iba a dar sus frutos, especialmente entre los Prohombres, cuyo concurso en la Justa tenía mucho más peso que el resto de ciudadanos (y eso es, al fin y al cabo, lo que importa). Y además había que contar con el innato cainismo que caracteriza al pueblo bárbaro. Ya hace cuatro años, en la anterior Justa Electoral, a la primera de cambio cayó Joe de la Torre Blanca porque sus propios compañeros no le apoyaron. Y esta vez no iba a ser menos,  Marceliano recibió menos apoyos que la suma de sus dos contrincantes, pese a ser Prohombre Bárbaro. Aun así a Dániel se le hacían pocos  y fue repasando: “¿Están todos los lacayos de Pseudonewtoniano?”, “Si, mi rey”, contestaban al unísono Escoming y Despuntado. “¿Incluyendo al pitagórico Gudillo, gran enemigo de Marceliano?”, “Si, mi rey”. “No puede ser, me faltan votos, ¿están también todos los beneficiados por montar Chionvion?”. “Si, mi rey, solo se han escapado algunos votos  del clan “elastoplástico” que tienen una querencia de antiguo con Duplo, y además les gusta jugar a dos barajas”. “Hummm -murmuró Dániel- esto habrá que corregirlo para el segundo envite”. “¿Y qué hay de los esbirros de Karlos Dunny, que últimamente me ha hecho buenos servicios?. “Han sido fieles, mi Rey, igual que todos los siervos de vuestras ministras bárbaras, que jamás osarían sacar los pies del tiesto”. “Bueno, habrá que analizar de donde sacó tantos apoyos Marceliano, y sobre todo Duplo”. “Lo de Duplo está claro, majestad, -replicó Despuntado- aparte de los elastoplásticos, tiene una mina de apoyos en el clan Computo Maputo”. “Pues lo van a llevar claro conmigo, ya se pueden ir preparando después del segundo envite”.
Al rato, casi por sorpresa, aparecen los resultados de Colmenalejos. “¡Por Hirsch, cómo es posible!”, brama Dániel, “si prácticamente todos ha votado a Duplo”. “¡Cuando salga reelegido, se van a enterar estos!”. “¿Cómo les ha engañado Duplo?”. “Señor, es que corre el rumor que queréis vender Colmenalejos”, dice Despuntado. Y entonces Escoming pregunta “¿Pero no es verdad?”. “¡¡¡NO, pedazo de cenutrio!!!, anda ve a esa esquina, de cara a la pared, y repite mil veces ‘la excelencia es nuestra ciencia, nuestra ciencia es la excelencia’. “Señor, me gusta más la jaculatoria ‘hombre puro soy, sin Latindex concebido’ “. “Pero mira que eres bruto, Escoming, ¿pero no ves que esa es la jaculatoria para la  ceremonia de iniciación?”, “anda, anda, ve al rincón”.
Con estos resultados, Duplo quedaba como ganador del primer envite, muy seguido de cerca por Dániel. Marceliano, aunque pareciera mentira, quedaba fuera del envite definitivo. Por un lado esto agradaba a Dániel, pues temía a Marceliano en un segundo envite, pero por otro, quedar por detrás de Duplo, ese apestoso Jurisconsulto, le producía salpullidos. Dániel esperó con impaciencia los resultados de Geta, capital del Reino, por si estos daban un vuelco a la situación, pero Geta ni daba ni quitaba rey, ya que dejó todo como estaba, y una vez más el apoyo de los Prohombres de Lega habían resultado  decisivos para echar al Bárbaro, uno de los suyos,  del juego final. Las espadas quedaban en todo lo alto, y dos Prohombres de Geta, igual que hace cuatro años, quedaban frente a frente del destino de Carloszree.
Esa noche, Dániel no pudo conciliar el sueño, como ya empezaba a ser habitual. En su cabeza solo podía ver la palabra “Breve, breve, breve,…”. Pero no estaba todo dicho, aunque el pueblo había sido claro (estaba claro que no le querían, pese a haber sido el mejor Rey de toda su existencia), él les obligaría a apoyarle. Dos semanas daban para mucho si se sabe usar bien el poder… y trataba de ahuyentar los malos presagios repitiendo miles de veces: “jei-si-ir, jei-si-ir, jei-si-ir,…”.

(CONTINUARÁ)

domingo, 6 de marzo de 2011

Capítulo 15. La pesadilla de Dániel: Dániel el Breve.

Con todo este panorama, Dániel no podía conciliar bien el sueño. Y cuando lo hacía solía tener una contumaz pesadilla. La noche previa al primer envite de la Justa Electoral Dániel estaba muy nervioso  y tampoco podía dormir. Cuando al final lo consiguió, le vino otra vez esa maldita pesadilla.
En ella se pasaba muy rápidamente por todo su mandato como Rey. Desde el comienzo de la anterior Justa Electoral, donde supo engañar a tanta gente presentándose como un lobo con piel de cordero. O mejor dicho, como Hombre Puro con gabán de Bárbaro y pantalones de artista (ya entonces despreciaba tanto a los Jurisconsultos que ni se preocupó de dar ninguna imagen positiva a estos linajes).  De cómo gracias a la traición de los Prohombre Bárbaros para con Joe Torre Blanca se quedó en el torneo definitivo frente a Lucien Duplo, pero con las huestes de Joe apoyándole. De cómo ganó en el último minuto con el último voto (“Ahhh, que bien saben las victorias pírricas en el último minuto”, se decía en sueños).
Como si de una película se tratara, todo pasaba por su cabeza, sus éxitos (la moda boloñesa, los reconocimientos, la nueva pirámide, perdón, el nuevo CampusFour, Chionvión,…). Cómo había sometido a los barbaros (“Qué fácil había sido, con lo orgullosos que presumían ser, bastaba un pequeño óbolo para que comieran de su mano”), humillado a Jurisconsultos y Artistas,… También recordaba sus amargas derrotas, pero al final, ahí estaba él gobernando Carloszree desde el salón del reino, con el universo a sus pies.
Y llegaba la nueva Justa Electroal, la definitiva. Llegaba el día de la votación y todo parecía que iba bien. Se acercó a una mesa de recuento y tuvo el primer mal presagio: una puñetera precaria de origen jurisconsulto le ordenó que se retirara de allí, que él, el Rey, no tenía derecho a presionar su labor de conteo. Tuvo que esperar a distancia el resultado. Y entonces llegaba la parte peor de la pesadilla: unos sirvientes, con unas escaleras subían al frontal del edificio donde se encontraba el salón del reino y retirabanl el gran cartel que decía: Daniel I, el Grande, y por detrás del cartel podía leerse: Dániel I, el Breve.
(CONTINUARÁ)

sábado, 5 de marzo de 2011

Capítulo 14. De los torneos previos a la Justa Electoral

Tan pronto Justo Marceliano entró en liza, lanzó un desafío a través de los mentwiteros de la corte un desafío a los otros dos candidatos para celebrar unos torneos para medir fuerzas antes de la Justa Electoral. Cuando el rumor llegó a Dániel comentó con sus secuaces que por encima de su cadáver. Sin embargo, la propuesta llegó a oídos del Capitán de los Estudiantes que la hizo propia y la elevó a la Junta Justoral para que los torneos se llevaran adelante. La Junta Justoral reunió a los tres candidatos a Rey para establecer las normas de los torneos, y que no hubiera ventajas para ninguno de ellos. Dániel pretendía que solo hubiera un torneo, pero tanto Marceliano como Duplo preferían que hubiera un torneo por territorio. Finalmente se establecieron tres torneos, uno en Colmenalejos, otro en Geta y se acabaría en Lega, a falta de dos días para la Justa.
Dániel preparó el primero de los torneos con sus fieles ministros. Algunos, los más aduladores, le reforzaban su propia idea de que lo único que tenía que hacer era insistir machaconamente en todos sus éxitos para Carloszree. Solo Despuntado, el más astuto de sus ministros le advertía que debía ir preparado para todo tipo de preguntas y que procurara no perder los estribos. No era fácil decirle esto a Dániel,  al que la sola mención de que no tenía autocontrol le sacaba de sus casillas, y en ese estado cualquier cosa podía pasar. Y así se presentó Dániel en el primer torneo en Colmenalejos, con la autosuficiencia del que se cree superior y todo lo ha hecho bien. Pero esa estrategia no le salió bien. Sus lances en el torneo eran recibidos por el pueblo con frialdad, mientras que los de Duplo y Marceliano eran recibidos con vítores y ovaciones. Esto hizo perder los nervios a Dániel y en un par de ocasiones estuvo a punto de tirar por la calle de en medio y abandonar el torneo con cajas destempladas.
Después del desastre de Colmenalejos, los ministros de Dániel, que empezaron a sentirse temerosos de otro fiasco de su líder hasta entonces inmarcesible, ya si le recomendaron abiertamente otra estrategia más humilde, menos triunfalista y, sobre todo, mayor autocontrol de sus nervios, claramente alterables en los envites del torneo.
Pero Dániel era Dániel, el único, el Grande y en Geta no cambió mucho su estrategia. Además en Geta se llevó al torneo a un grupo enfervorecido de sus propios ministros, encabezados y liderados por Despuntado, para que al final de cada una de sus intervenciones le vitorearan y aplaudieran igual que hacía el pueblo de forma espontánea con Marceliano y Duplo. Resultaba algo patética la comparación entre las aclamaciones de los más fieles del Rey, en comparación a las espontáneas ovaciones del pueblo hacia los otros candidatos. Y volvió a sentirse acorralado y nervioso en muchos estadios del torneo.
“Mi Rey, oh Daniel, por Hirsch, mañana en Lega debes controlarte más; no puedes perder los nervios que harás que tus contrincantes saquen partido”. Y Dániel reflexionó, y decidió pasar la noche velando armas frente a los últimos números de Nature y Science y repitiendo miles de veces la jaculatoria “Gei-er-si”. Solo repitiendo mantras de excelencia en el más puro estado era capaz de dejar su mente totalmente en blanco y relajarse para el torneo final.
Y por fín llegó el torneo final en Lega. La lucha fue encarnizada entre los candidatos y Dániel, que había reclutado más seguidores (al estilo Plaza de Oriente) se sintió más arropado y tranquilo, pese a que mostró algún derrote en algunos momentos. Merceliano y Duplo se fueron también arriba, y al final las cosas quedaron con las espadas en todo lo alto. Tres días después se dirimiría todo en el primer lance de la Justa Electoral. La suerte estaba echada, porque por delante había dos días enteros para que el pueblo reflexionara antes de la Justa… ¿o no?.
La experiencia de los torneos puso en precaución a Dániel, que veía a lo lejos el fantasma de Dániel el Breve, porque además, en los Mentwiederos se le daba como claro perdedor de los torneos, siendo Marcelián el más apreciado por el pueblo seguido muy de cerca por Duplo. Y no le quedó más remedio que arrancar la maquinaria de la influencia del poder. Puso a todos sus esbirros a perseguir a todos los prohombres para invitarles a apoyar a Dániel en la Justa, desde el poder del Rey. Dos días de supuesto descanso dan para mucho, no todo estaba decidido.
(CONTINUARÁ)

viernes, 4 de marzo de 2011

Capítulo 13 De las preparaciones para la Justa Electoral.

Toda la maquinaria del Reino se puso a trabajar para Dániel.
Los ministros empezaron a adoctrinar con insistencia a todos los servidores adscritos a sus respectivos ministerios. Promesas, amenazas, coacciones,…  Pero la mayoría de sirvientes habían padecido en alguna ocasión las iras del rey y sus ministros y fue difícil convencerles de las bondades del régimen.
Grupos seleccionados de estudiantes, empezaron a hacer campaña a favor del Rey destacando todos las ventajas que había traído Dániel al reino, incluyendo grandes termas y espacios de solaz y recreo. Pero  los estudiantes estaban muy escaldados con la imposición de la moda boloñesa, y por mucha sauna que se tomaran no iban a olvidar las vejaciones por las que habían sido obligados a pasar.
EL propio Dániel aprovechó el Discurso del Rey, clásico en la fiesta del reino para adoctrinar a todos los ciudadanos acerca de la luz que él había traído y la amenaza de tinieblas para todos que supondría un cambio en la más alta jerarquía del Reino. No contento con ello, utilizó el sistema de correos del reino enviando a todos sus súbditos un mensaje personalizado destacando todas sus hazañas y resaltando los grandes avances que Carloszree había experimentado en el camino de la excelencia. Pero para la mayoría de su pueblo, la palabra excelencia ya era una palabra hueca y sin contenido, porque únicamente podían relacionarla con los mantras oficiales (“calidad”, gei-ci-er”, “science-natura”, “web of science”,…). La misiva resultó ser perjudicial para los intereses del Rey, ya que a la mayoría de los ciudadanos de Carloszree les pareció un abuso de poder flagrante. Sus dos oponentes en la Justa Electoral no podían disfrutar de tales ventajas.
Además, para colmo, las cosas cada vez se ponían peores para Dániel. Cuando visitaba los clanes (fuera de los clanes pertenecientes a los linajes  de hombres puros), ya fuera de bárbaros, de artistas o de jurisconsultos, linajes a los que había humillado, con excepciones, durante su reinado, siempre se repetía la misma escena. Dániel exponía los grandes logros de su reinado: la imposición de la moda boloñesa, la consecución del título de Reino de Excelencia del Mundo Mundial, Campusfour,… y todos aquellos ingratos, que debieran besar por donde él caminaba, le pedían cuentas sobre aspectos tan menores como la democracia, la transparencia, la honestidad. Y aun llegaban más lejos, le preguntaban acerca de su estúpido y personal futuro, su crecimiento, sus aposentos, sus ingenios mecánicos,… Y una vez más Dániel no comprendía nada. A él, el gran Rey, el gran Faraón, el que había conseguido tanto para todos, ¡le venían con aquellas pequeñas mezquindades! Y con mucha frecuencia perdía los nervios y desde el poder amenazaba, achantaba a los súbditos que atónitos le miraban. Por mucho de los clanes que pasaba, no dejaba un solo ciudadano con la intención de apoyarle en la Justa. Dániel solo encontraba consuelo cuando visitaba los clanes de Bárbaros beneficiados por la creación de Chionvión, o los clanes de Hombres Puros. Allí todo era complicidad, amor compartido, comunión. La clave iba a estar al final en saber si con su acción de gobierno había comprado más clanes de los que había perjudicado. Esta pregunta, difícil para una persona que como él dominaba la Estocástica, le reconcomía y le quitaba el sueño por las noches.
Por si fuera poco, entró en escena Gregorio I publicando un bando en el principal panfleto del Imperio haciendo apostatasía contra Dániel y encima acusándole de actos de favoritismo  (que por otro lado eran habituales en su propio periodo de gobierno).Aunque en el manifiesto hacía profesión de imparcialidad hacia los otros dos candidatos, era vox pública que Gregorio estaba ayudando y apoyando a Lucien Duplo.  Y para rematar, todos los mentideros del reino afirmaban que el anterior candidato a Rey, Joe Torre Blanca, estaba ayudando a Marceliano a prepararse para la Justa.
(CONTINUARÁ)

miércoles, 2 de marzo de 2011

Capítulo 12. De la convocatoria de una nueva Justa Electoral.

Pasados cuatro años de la Justa anterior, Dániel se ve en la obligación de convocar a una nueva Justa entre caballeros Prohombres para elegir Rey. Dániel, desde su soberbia, pensaba que tan bien había reinado y tantos eran los avances en la dirección de la excelencia suma que se habían producido en su reinado, que nadie osaría presentar su opción a participar en la Justa Electoral. Tanto es así, que pocos meses antes de la convocatoria a Justa, confesaba a sus más leales que la perpetuidad estaba asegurada. Pero con contó con la fuerza del pueblo oprimido.
Por un lado, los Jurisconsultos, Artístas y algunos Hombres Puros que no habían sido suficientemente reconocidos por Dániel, convencieron a Lucien Duplo a velar armas y enfrentarse de nuevo a Dániel. Algún que otro bárbaro también participó en el cenáculo donde se convenció a Lucien, que no estaba muy convencido, ni de sus fuerzas, ni  de sus ganas. Un pequeño empujón del anterior rey Gregorio I, fue suficiente para terminar de convencer a Lucien. Para Gegrorio I estaba claro quién debía ser el candidato.
Por otro lado, otro sector de Jurisconsultos y Hombres Puros renegados, con algunos Bárbaros, provocaron la aparición en escena de Justo Marceliano. Este era un Prohombre Bárbaro que fue, en su día, ministro del Reino y que durante un periodo muy grande guerreó por otros reinos, pero siempre con la enseña de Carloszree bien pegada a su corazón. Marceliano volvió a Carloszree dentro del periodo de decadencia de Dániel I y puedo comprobar el gran deterioro que había experimentado el reino en su ausencia, especialmente en lo que se refería a cultura democrática, habiéndose pasado de un régimen semiasambleario a una autocracia absoluta. Marceliano no dudó un instante, cuando se convocó la Justa Electoral, en presentarse al combate para intentar salvar el reino de las garras de Dániel y recobrar las señas de identidad de Carloszree, donde siempre había reinado (bueno, la verdad es que no siempre) la tolerancia y el diálogo.
Y de pronto Dániel fue consciente por primera vez de la situación. Dos prohombres importantes iban enfrentarse a él, que aunque estaba en toda su majestad, podían causarle importantes heridas en la confrontación, que casi con toda seguridad se resolvería en doble torneo. Dániel recordó súbitamente cómo cuatro años antes, él, que era el caballero Prohombre con menos oportunidades, tomó el poder en doble torneo gracias al apoyo de Joe Torre Blanca, que habiendo quedado eliminado en el primer embate, puso todas sus huestes al servicio de Dániel. Hay que aprender de la historia, y la historia podía repetirse, pero al revés…  Si en segunda ronda los dos Prohombres, Lucien y Marceliano, se apoyaban mutuamente, se le podría acabar su magnífico reinado y Carloszree volvería a la oscuridad del Latindex y los legajos del derecho más abyecto.
Dániel tuvo un instante de pánico, y en consejo reunido con sus ministros, decidieron que había que poner toda la maquinaria del poder a trabajar para ganar la Justa electoral.

(CONTINUARÁ)

Capítulo 11. Del gobierno autoritario de Dániel.

Y así, de esta manera pasaban los días, las semanas y los meses en Carloszree. Dániel tomaba decisiones que él pensaba eran las mejores para su reino, pero lo cierto es que sus decisiones siempre tenían un sesgo cultural que hacía que, aunque hubiera un pequeño colectivo agradecido, siempre eran muchos más los damnificados, y por tanto el descontento entre el Pueblo era cada vez mayor.
Dániel, crecido por lo que él consideraba grandes éxitos institucionales, esos que iban a hacerle pasar a la Historia, con mayúsculas de Carloszree, creía que podía seguir gobernando con mano férrea en la imposición de la Cúltura única de los Hombres Puros.  En esta línea de intentar controlarlo todo desde la cúpula del Reino, se le presentó otra oportunidad para demostrar su poder. Hubo por aquel entonces una justa electoral para decidir el nombramiento de Sumo Sacerdote del Consejo Getafiense (que agrupaba, nada menos, que a Hombres Puros y Jurisconsultos). Dániel vio la oportunidad de colocar de Sumo Sacerdote a un hombre de su confianza, por supuesto que comulgara con los rectos preceptos de la excelencia. Y así de paso volvía a doblegar los aspiraciones, bueno, más bien ambiciones de los Jurisconsultos que osaban presentar un candidato de su propio perfil. Desde luego “¡vaya osadía!” pensó Dániel. Pero para aquel entonces, el Pueblo ya tenía demasiadas cuentas pendientes con Dániel, y después de organizarse, sacó adelante el nombramiento del Jurisconsulto. Dániel no podía, de nuevo, creerlo: “Banda de impresentables y desagradecidos”, le comentó a  Despuntado y Walthari al salir del salón de juntas después de la flagrante derrota.
En otra ocasión el Senado del Reino debía decidir a quién otorgaba el nombramiento de Defensor del Reino. Aquí vio Dániel otra oportunidad de dominar y doblegar las voluntades de todos los que no entendían su Plan Divino. Y pensó que lo mejor era guardar sus cartas hasta el último momento, para dar un golpe por sorpresa. En un alarde de democracia invitó a sus súbditos a presentar candidatos.  La estrategia era provocar el desgaste entre dos posibles adversarios para que luego llegara él, el siempre Salvador, con su propio candidato, para resolver la disputa. Al final tendría un candidato de confianza y encima aparecería como bienhechor de la plebe. Pero de nuevo, Dániel subestimó el poder del pueblo oprimido, y este se organizó e impidió el nombramiento del felón propuesto por el Rey. Como el nombramiento debía hacerse por una mayoría cualificada, el Reino quedó, de forma indefinida, sin Defensor del Reino, y otra vez por culpa de la desmedida soberbia y ambición del Rey, que nunca debió inmiscuirse en este asunto. Cada vez más Dániel estaba más cerca de convertirse en Dániel el Breve.
Y felonía tras felonía, perfidia  tras perfidia, Dániel cada vez más gobernaba para unos pocos que cada vez eran menos, y casi sin darse cuenta, pasaron los cuatro años en los que había sido nombrado rey tras batalla en la anterior Justa electoral. Y entonces, para terror de Dániel,  aparecieron otra vez en escena Lucien Duplo y Justo Marceliano.

(CONTINUARÁ)