Hoy este cronista se encuentra triste. A falta de pocos días para la Justa electoral, Carloszree vivió uno de los espectáculos más turbadores para la sensibilidad democrática de sus habitantes. A ello contribuyó el desmedido afán de los dos contendientes a la Justa electoral para conseguir sus objetivos. Afanes tan desmedidos (a veces más por parte de sus seguidores que por ellos mismos) que hacían reflexionar al pueblo sobre su participación activa en la justa. Aunque en todos los sitios ha habido desmanes, cuanta más alta es la autoridad que lo perpetra, más gravedad adquiere la acción.
En el entorno de Dániel, no solo Dániel estaba de los nervios. En caso de perder la Justa, a
lgunos de sus ministros podrían perder una buena cuota de poder, como por ejemplo el propio Despuntado, Karlos Wallander o Jisus Market, el notario mayor del Reino. Para otros podría suponer la vuelta a una vida monótona, en cierta medida mediocre, una vida sin privilegios y ventajas, como Karmen Bardeen, Amanuense o Pilastra Solidad. Pero para varios era una auténtica catástrofe. ¿Dónde y cuándo Walthari iba a volver a ser la aterradora Walthari?. Nunca más volvería a ser el principal brazo ejecutor del rey, del líder inmarcesible. ¿Dónde y cuándo Chorches iba a controlar y gobernar todo un aparato de propaganda para ella sola? Y además dejaría de ser el ojito derecho del rey, del líder fascinante. ¿Dónde y cuándo Héna de Pravia iba poder abroncar a unos y otros sin que nadie le rechistara? Y además dejaría de ser alguien. ¿Dónde y cuando Petro Algarrobo Tecla iba a gobernar toda una hacienda de teclados a su antojo?. Y además volvería a su natural pequeñez. Y ¿Dónde y cuándo Murete…? Bueno, pues eso, ¡donde y cuando!
Y si en el entorno de la mesa redonda se estaban perdiendo los nervios, en el ámbito de REHAZ, tanto el regente Tostado, como las viceregentas Torcaz y Bellaca de la Aceña, así como todos los responsables de haciendas, algunos de los cuales se veían con la soga al cuello, entendían la situación como más que grave.
Reunidos en el salón del trono, las caras eran largas y se palpa la tensión. Dániel tomó la palabra:
“No tenemos el apoyo de Marceliano y la justa está en riesgo”. Se oye un “ohh” apagado.
“Por tanto tenemos que echar el resto”. Y poniéndose muy serio y mirando con gravedad a su no tan pequeño auditorio, dijo con solemnidad:
“Id y haced lo que tengáis que hacer”. Dániel sabía que sus palabras serían interpretadas “de la mejor manera”.
Héna de Pravia no lo dudó un instante. Al salir del Salón llamó a su asistente y le ordenó: “Cónvocame urgentemente a los cancerberos de las posadas de estudiantes”. Su asistente dudó “¿Dónde?”, “¿Dónde va a ser, estúpida, donde estoy yo!!!”… Algo después los cancerberos están en presencia de Héna. Héna, como la mayoría de los ministros de Dániel tenían la tendencia a adoptar la compostura del Rey, es decir, cierta distancia, dignidad, autoridad. Pero claro, al no ser el Rey, en muchas ocasiones se convertían en una caricatura del Rey, porque lo que hacían era exagerar los defectos del Rey. En un grito, Héna les soltó:
“Ya me estáis moviendo a los hospedados al apoyo útil”
“A qué os referís, ministra”.
“Pues al apoyo útil, el apoyo al Rey, ¿qué más utilidad queréis?”.
En otro punto del Reino, Chorches arengaba al aparato de propaganda. También Walthari llamaba, uno a uno a los sacerdotes de las distintas titulaciones: “apoyad al Rey, esa es la consigna”. Petro Algarrobo Tecla, al igual que otros ministros, se reunía con sus hacendados con el mismo propósito.
Uno de los que más se empleó fue Murete, que puso un dispositivo en marcha para comunicarse con el 100% de la población de Colmenalejos, y uno a uno, fueron recibiendo la llamada del Virrey o alguno de sus emisarios. No quedó nadie por ser “avisado”.
El mismo Rey, “in person”, tragándose sus remilgos se personó en muchas haciendas para intentar mover los apoyos de la servidumbre, que le recibían perplejos en mitad de su labor diaria. Muchos de los que hasta entonces eran invisibles para el Rey de pronto parecía que eran cómo de su familia, o al menos relativos. También se personó en todos los confines del Reino, incluyendo Colmenalejos, donde no siempre era recibido como él esperaba. Cuando esto ocurría, solía perder los nervios y cuentan que hasta se atrevió a gritarle a una capitana de los estudiantes.
Ya no importaba la excelencia, el JCR, el WoK ni la madre que los trajo a todos. Ahora era cuestión de permanecer en el poder, a costa de lo que sea. Se abre el mercadillo de la Justa, si Duplo promete dos, el Rey, que para eso es Rey, cuatro. Nunca se vio en el reino espectáculo tan lamentable. Lo que antes podía ser el cáncer de la excelencia, ahora se oferta como la solución a todos los males.
A falta de tres días para la Justa, Dániel, a sugerencia de Chorches, decidió organizar dos grandes actos mediáticos, uno en Lega y el otro en Geta. En cuanto Despuntado conoció el propósito y esquema de los actos, se dio cuenta de que iban a ser una mala idea, pero ya no se atrevió a comentárselo al Rey, que hozaba allí donde pensaba encontrar una trufa.
El acto de Lega iba a consistir en una entrevista preparada con afamados cronistas del Reino, antiguos estudiantes de Carloszree. Uno de ellos pensaba que iba a participar en un encuentro profesional, donde iba a poder entrevistar al Rey de acuerdo con los códigos profesionales habituales. Cuando entendió que era un acto prediseñado para la Justa y a mayor gloria de Dániel, decidió no comparecer. La mayoría de los asistentes se fueron con la impresión de que aquello era una representación teatral, más que una entrevista.
E iba a llegar el acto estrella, el cierre de la campaña preparatoria para la Justa, para lo cual iba a venir a Carloszree el malvado comisario Hernán Mejías aparentemente con la intención de litigar con Dániel en público con ánimo de demostrar las habilidades guerreras del Rey. Lo cierto es que la mayoría pensó que el comisario había sido contratado con el fin no confesado de investigar y eliminar a este humilde cronista de “Historias de Dániel”, cuyas crónicas molestaban profundamente al Rey. Este cronista tiene que desmentir públicamente que bajo el pseudónimo de Carloszree no se esconde el héroe del pueblo “Aguila Roja”, sino un humilde bufón que solo se afana en agradar con su arte a aquellos que buenamente quieran leer sus escritos. Afortunadamente el pérfido comisario solo se limitó en participar en la pachanga del Rey sin otro cometido más oscuro o inconfesable que pueda reportarse. El pueblo asistió atónito al espectáculo que más que ayudar, perjudicó a Dániel. Los estudiantes del Reino hacían mofas viendo al Rey y al pérfido comisario moviéndose a los sones de juglares que consiguieron su fama entre adolescentes.
Como siempre, Despuntado no andaba descaminado. Tanto despliegue, tan artificial, en vez de transmitir cercanía al pueblo, alejó mucho más a Dániel de sus posibles apoyos.
Si, amigos, han sido días tristes para este cronista del Reino. Nunca pudo imaginar un espectáculo tan lamentable en el llamado Reino de Excelencia Internacional. ¿Qué tendrá el poder que hace que todos los que lo ostentan no quieran abandonarlo a ninguna costa?
Mañana es día de reflexión antes de la Justa. Si los aspirantes fueran caballeros, pasarían la próxima jornada preparando sus armas para poder velarlas por la noche. Pero a la vista de algunos comportamientos, tristes, lamentables, es posible que siga habiendo llamadas a súbditos para que muevan su voluntad de apoyo. ¿Tendremos algún día un Rey que no utilice estas patrañas para llegar al poder?
(CONTINUARÁ: MAÑANA, CARTA ABIERTA DE CARLOSZREE A LOS DOS CANDIDATOS A LA JUSTA ELECTORAL)