viernes, 25 de febrero de 2011

Capítulo 7. De la dominación de los Bárbaros (primera parte).

Un asunto que le preocupaba a Dániel desde el comienzo de su reinado, es la posibilidad de que los Bárbaros dejaran a un lado sus atávicos y fratricidas enfrentamientos y se les pasara por la cabeza la posibilidad de que unidos podían vencer.  Los Bárbaros eran la principal fuente de ingresos de investigación de la Universidad y afortunadamente no tenían un líder que le aglutinara para defender su propio orgullo. A lo largo de la historia, con alguna excepción, los líderes bárbaros se habían mostrado dóciles al poder imperante. Pero había que prevenir, antes que curar. Como dice un viejo proverbio servo-croata: “mejor poner venda que curar herida”, o era ¿”mejor usar vendaje en pierna sana antes que joder la marrana”?, bueno, da igual. Y además, Dániel no soportaba que en cualquier indicador de calidad que eligiera, siempre hubiera un grupo bárbaro, cundo no varios, que superaban a los Hombres Puros. Y eso no se podía consentir. Los Hombres Puros debían prevalecer sobre todas las cosas.
Reunido, como siempre, con sus muy fieles Despuntado y Walthari, empezaron a pensar posibles soluciones al problema. Despuntado, mucho más listo que su líder propuso: “metamos un infiltrado en el Linaje Bárbaro”. “Son tontos, pero no tanto”, le grita Dániel, ya nervioso. “No, no, mi idea es más sutil: elijamos un bárbaro con pretensiones de Hombre Puro, y engañémosle haciéndole creer que es uno de los nuestros”. “Ummm” –meditó Dániel-
¡¡¡FLASHBACK!!! Algo que avergonzaba a Dániel era su origen Bárbaro. Porque Dániel, en su juventud, era Bárbaro. Un buen día descubrió el mundo de los Hombres Puros y tras profesar un largo magisterio que le llevó por tierras complutensis y otras más allá del océano, fue convertido. En la transformación tuvo que sufrir numerosas humillaciones (que nunca olvidaría, Dániel nunca olvidaba, en eso era implacable), pero al final lo consiguió. Cuando llegó al reino de Carloszree, donde tenía la ocasión de renegar de su bárbaro pasado, directamente se juntó con las castas de Hombres Puros de Geta, alejándose definitivamente de la barbarie de Lega. Otra cosa que llevaba muy mal Dániel, es que los Hombres Puros de nacimiento jamás le consideraron, ni nunca lo harían, faltaría menos, uno de los suyos. De hecho, a sus espaldas se mafaban de él y le consideraban un mero instrumento manipulable.  En Geta tendría que soportar, además,  la cercanía de Jurisconsultos y Artistas, a los que despreciaba, pero prefería eso a que le volvieran a confundir con los bárbaros ¡¡¡FIN DE FLASHBACK!!!
“Esa idea me gusta, continua”. “Buscamos unos estudios que nos interese poner, buscamos un bárbaro con pretensiones de trepar en el Reino, le hacemos baranda del asunto… y ya tenemos un espía-aliado a muerte” sentenció Despuntado. “Además, así parecerá que invertimos en su linaje, cuando lo que estamos haciendo es infiltrarnos allí”. “Walthari, ¿qué podemos montar allí sin levantar sospechas?”. “Bueno, mi Rey, ahora están muy de moda los estudios en Chiofashion y Vionfashion”. “Pues genial, montamos un clan ‘Chionvión’ donde metemos bárbaros buenos y controlados, le damos un poco de vidilla a algunos bárbaros con pretensiones y oprimidos por sus caciques y además provocamos una gran división entre ellos, que no les quedará más remedio que pelearse por pillar algo de cacho”. “Qué grande eres, Oh Dániel, por Hirsch” dijeron a coro Despuntado y Walthari.
Ya solo faltaba encontrar al futuro infiltrado, al bárbaro con pretensiones de trepar. Y revisando la lista de posibles bárbaros, se encontraron con varios candidatos: alguno perteneciente a clanes que históricamente siempre se han puesto del lado del poder, otros dentro de clanes donde había divisiones por el poder local. Al final se decantaron por Pseudonewtoniano.
Pseudonewtoniano era perfecto. Ni joven ni viejo. En un clan pequeño con ganas de crecer, Perfil mediocre, pero con patena internacional. “¡Pero si casi es un Hombre Puro!” bramó Dániel. “¡Es perfecto!” dijeron a coro. Y satisfechos por el hallazgo y lo que del mismo podía derivar, decidieron pronunciar una jaculatorias de agradecimiento a los dioses de la excelencia: “Gei-si-er”.”Gei-si-er”.”Gei-si-er” (para los no iniciados en los mantras de los Hombres Puros: pronunciación en spanglish de JCR).
(CONTINUARÁ)

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