miércoles, 19 de octubre de 2011

Capítulo 46. Las nuevas castas de Carloszree

Transcurrían los días en Carloszree sin que nada importante aconteciera. Los Hombres Puros prevalecían sobre el resto de los ciudadanos tal y como era de esperar después de la aplicación sistemática de la práctica excelente bajo la mano férrea de Dániel y sus ministros. Dániel I, también conocido por el Déspota o el Sátrapa, el que pudo ser Dániel el Breve, en tan solo unos años había convertido el Reino en un inmenso corral donde unos incentivados pastores guiaban a los rebaños por los adecuados senderos de la excelencia, de acuerdo con los cánones hopusinos. Tras un periodo donde algunos ministros conservaban algún rasgo singular que los diferenciaba entre sí y de su señor, Dániel había conseguido que todo su equipo estuviera formado por pequeños Dánieles que en sus respectivos ámbitos jurisdiccionales actuaran también aplicando las maneras y formas del rey. En la mayoría de los casos, llamar ámbito jurisdiccional a las pequeñas parcelas de poder de los ministros, resultaba sumamente generoso, porque el Rey acostumbraba a meter su nariz, y su mano, en cualquier asunto del reino, ya que su naturaleza desconfiada (fruto de su intrínseca inseguridad) le impulsaba a controlarlo todo. Los ministros daban por buena esa pérdida de poder en favor del Rey, porque este les dejaba campar por sus territorios (ducados y condados) cometiendo cualquier tropelía, siempre y cuando no tocaran los privilegios del Rey. Esto hacía que a veces las razias ministeriales se convirtieran en acciones de tierra quemada, provocando gran desánimo y frustración en la población.


Y el pueblo sobrevivía, algunos a duras penas. El pueblo, antaño dividido por castas, que a su vez se dividían en clases (prohombres, hidalgos,…), ahora era como si todo se hubiera fundido en dos nuevas especies: los Afectos al Rey y los Desafectos del Rey, no existía término medio. Dentro de los Afectos al Rey había dos clases: la clase dominante o clase alta y los parias. Los desafectos eran todos parias. Para Dániel y sus ministros, la Servidumbre era como si no existiera. No les consideraban parte del pueblo y únicamente se acordaba de ellos cuando algo no funcionaba a satisfacción de sus caprichos. Aun así, dentro de la Servidumbre se había replicado el nuevo sistema de clases y los había Afines al Rey (normalmente en las jerarquías altas de las haciendas) y parias. Para Dániel todos ellos eran Innombrables.


A los Afectos al Rey, no les faltaba de nada. Daba igual que fueran Hombres Puros, Artistas, Jurisconsultos o Bárbaros. Todos habían adoptado costumbres y hábitos de Hombres Puros. Adoraban el JCR como tótem y repetían permanentemente jaculatorias en loor de Hirsch. Empezaban el día con la Oración de Dániel y si al acabar la jornada no habían mejorado algún indicador de excelencia hopusina, se fustigaban la espalda o se ponían durante un tiempo un cilicio allí donde más daño hace. A cambio de esa pérdida de identidad, todos habían visto crecer sus patrimonios en los años de reinado de Dániel, y muchos incluso le debían más que su patrimonio, al ser Dániel el único responsable de su mejora y reconocimiento social fruto de las prebendas y favores del Rey. Gracias al Rey habían llegado a Prohombres, o habían conseguido un Condado o Señorío. Le debían fidelidad eterna, y se la demostraban con una sumisión imperecedera. Dániel, en los últimos tiempos urgía a Chorches para que acabara su evangelio, lo que permitiría una mejor difusión de la “palabra de Dániel”, y había pensado seriamente en instituir la figura de “profetas de Dániel”, Hombres Puros de sangre limpia capaces de llevar lejos la palabra divina. Quizás nombrara a Goldado, que ya ejercía el papel de profeta de forma discrecional, Sumo Sacerdote de la nueva casta de Profetas.


Por otro lado, los Desafectos al Rey, vivían en la oscuridad. No tenían privilegio alguno y ningún mecanismo de protesta. Tan pronto un Desafecto (fuera Hombre Puro, que también los había, Artista, Jurisconsulto o Bárbaro) trataba de acometer un acto de protesta por cualquier felonía que hubiera sufrido o padecido, era laminado por el poder del Rey de forma contundente y despiadada. Tal era el afán justiciero del Rey y sus ministros al aplicar su peculiar justicia, que cualquiera que intentara algún tipo de reclamación, salía tan perjudicado, que el ejemplo hacía que nadie a su alrededor se planteara realizar nada parecido. En los Parlamentos del Reino, por tanto, eran muy pocas las voces que se atrevían a discrepar de las actuaciones del Rey, y aquellos que se atrevían a hacerlo, eran señalados como apestados.


Mientras el Rey planificaba su futuro analizando estocásticamente todas las variables dependientes y vinculando las acciones a tomar con las soluciones ligadas a la mayor de las probabilidades de éxito, independientemente de a quién hubiera que pisarle el cuello.


(CONTINUARÁ)

6 comentarios:

  1. Xoder, xoder, xoder...

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  2. No he podido consultar el blog últimamente. Y ya veo lo que mje he perdido. El artículo de Goldado es el típico topicazo vestido de moderno, pero compuesto de un material muy sobado y antiguo. Vamos a ver Sr. Goldado. Si Ud. es tan listo, ¿cómo es que Ud. apoya al actual Rey, un personaje que va a dejar tras de sí, en compañía de sus ministros, un fracaso universitario memorable? Entre otros, el insostenible, académica y financieramente, bodrio de Bolonia. No nos merecemos estos artículos, porque en el Reyno ya hemos escuchado tantas palabras huecas, que sería importante que nos dieran una tregua. Por un mínimo de sentido común. Predicar una cosa, y practicar y apoyar otra otra, porque me conviene para mi pecunio, está muy feo. Ya no nos hace falta eñ sermón de siempre. Que venga mi homónimo Darwin y haga una limpia rápida por favor. Una pregunta: ¿cuántas y qué clases imparte Goldado? Si pisara más las aulas, quizá no reescribiría el evangelio, en su variante Hopusina, de siempre.

    Por lo demás, nos esperan cuatro años del paisaje habitual. De poco han servido las elecciones. Y lo pero está todavía por llegar. Un poco de calma y de ánimo no vendrían mal. Y por favor, los discursos de los años 80 de los redentores, únicamente de sí mismos claro, en la ducha o, mejor, en silencio.

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  3. Goldado instruye lo mismo que hace pesquisa para beneficio Carloszree.

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  4. Espero que el afán justiciero del Rey sea el mismo con la gentucilla ajena al Reino que trapichea con droga enfrente de la biblioteca de Lega, y no, esto no es broma, ni chiste, ni similar, esto va muy en serio. El día menos pensado nos arrepentiremos de no haber detenido esto a tiempo, cuando se produzca alguna agresión a algún alumno o profesor.

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  5. Para el anónimo de 24 de octubre de 2011 00:56

    De acuerdo con las actividades de Goldado. Pero no son en favor de Carloszree. Son, por el contrario, en beneficio de la Carlos es de TRES. De ahí el cardinal romano: TRES = I + I + I. Una de las Ies es = Goldado + sus amigos.

    Para el anónimo de 24 de octubre de 2011 20:39

    El problema del Campus de Lega es que el terreno es del Ayuntamiento de la localidad, con el que nunca ha habido especial sintonía, y que se desentiende de los conflictos de seguridad en el mismo. Un poco de presión por parte de la Junta de Escuela, recogida de firmas, y gestiones por parte del Rey ayudarían a mejorar la situación. Mis mejores deseos. Porque el asunto es feo, desagradable, y peligroso.

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  6. Catalunya ya recorta los vellones de sus reinos. Nuestra bruja que ya recorta vellones en la formación de los pequeños nos va a recortar el año que viene seguro. ¿Qué planes hay? ¿El rey es consciente? ¿Ha empezado el ahorro?

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